A
Circunstancia
o conjunto de circunstancias en que están inmersas las personas
donde se desarrollan. Es un conjunto de elementos que caracterizan
a un lugar, a una obra con localización. La suma de ambientes sucede
estratificadamente en un espacio arquitectónico en una casa o en
una habitación.
Etimológicamente
significa descomposición (de un todo en sus partes). En el lenguaje
filosófico, análisis designa el método consistente en descomponer
mentalmente un todo (ya sea real, ya lógico) en sus constitutivos
parciales. El análisis separa unas de otras las partes conocidas
inicialmente sólo de un modo implícito, es decir, articuladas en
un conjunto total, obteniendo así un conocimiento explícito de las
mismas. (ref.12)
Con
este término se expresa ante todo la analogía del conocimiento,
el cual concibe un ente por su relación con otro distinto. El ser
de un ente es, por consiguiente, inferido o al menos aclarado, comparándolo
con otro diferente. (ref.12)
Ciencia
que trata de los aspectos biológicos del hombre y de su comportamiento
como miembro de una sociedad.
Es
cualquier construcción espacial significante y potencialmente habitable,
que se relaciona con los modos de vida y las prácticas sociales
de una cultura. (E. Rosado: Sólo la propongo como una definición
provisional).
Este término se aplica a la arquitectura como un rasgo físico
común a un conjunto de elementos lingüísticos que se dice
representan el carácter del edificio. El carácter no es
forma del valor estético sino que es un efecto que trastorna
la emoción eminentemente plástica, éste ejerce su efecto
en sentido del programa cuando se conoce o en la experiencia
que le da una interpretación determinada. Entonces se llega
a una correspondencia entre la emoción sentida y el programa
estudiado. Sin embargo, si dejamos a un lado esta disgreción,
miramos una pauta que nos da la oportunidad de tratar el
tema de la expresión, no como el carácter que adquiere el
objeto, sino como la manifestación de sus condiciones reales.
Al carácter se le tomaba como un valor estético que representa
una cualidad de orden psicológico en el contemplador de
la obra, quien debía estar antes informado sobre la disposición
particular de ella, o bien que tuviera conocimiento del
programa. El carácter ligado a un efecto plástico y la belleza
de las composiciones exteriores, comprobaba el destino de
la obra ofreciendo una fachada que proyectaba este fin o
función. Villagrán afirma que: "El carácter es la conformidad
de una obra con su programa particular, que es la adecuación
a su destino y que cuando esta adecuación es perfecta, constituye
una modalidad formal que caracteriza en su tiempo y lugar
geográfico a cierto género arquitectónico". (Villagrán García
José, "TEORÍA DE LA ARQUITECTURA", MÉXICO, UNAM. 1988. Pp.346).
Por otro lado, Zevi señala que: "Todos están de acuerdo
sobre la exigencia expresiva de la arquitectura, pero las
dificultades surgen cuando se pregunta ¿Qué es lo que debe
expresar la arquitectura?. Si se trata del sentimiento o
de la personalidad del artista, - si se trata de expresión
psicológica. El carácter de nobleza, de utilidad, de refinamiento,
- de opresión, - se encuentran en la arquitectura de la
misma forma que en las expresiones humanas". (Zevi, Bruno,
"SABER VER LA ARQUITECTURA". Buenos Aires, Arg., Ed. Poseidón,
1951. Pp.113. En este capítulo, Zevi explica que es cuestión
de familiarizarse con los lenguajes y las fisonomías de
los edificios, es cuestión de leer "una expresión estática",
entendida como su temperamento, y su "carácter dinámico",
entendido como su estado de ánimo). El carácter entonces,
por un lado, se toma como finalidad y se puede en el objeto
caracterizar una función, en donde se ve el destino del
edificio o carácter utilitario en virtud de un objetivo.
Éste era captado por la forma exterior del objeto, comparaban
el carácter con el resultado exterior de una composición
y con el principio que regía su propia configuración; Y
por otro lado el carácter es interpretado como una manifestación
que habla de una analogía con el carácter humano, esto es
una sensación o sentimiento, como si el edificio manifestara
también la personalidad del autor de la obra.
Es distinguir un rasgo, es analizar los elementos que hay
que tener en cuenta para estudiar un objeto determinado
con el fin de definirlo.
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(Del
gr. cubernhtich : arte del timonel). Cibernética es la ciencia general
y formal de la estructura, las relaciones y la conducta de sistemas
dinámicos (Flechtner). Por sistema se entiende aquí toda clase de
totalidad cuyas partes componentes se hallan relacionadas entre
sí y con el todo. Un sistema es dinámico cuando sus partes pueden
entrar en comunicación entre sí y con el todo, influirse recíprocamente.
Pueden considerarse como tales sistemas los seres vivos, los hombres,
las configuraciones sociales, pero también los utensilios, las máquinas
y los servomecanismos. El punto común de referencia para la cibernética
son las estructuras formales, que pueden representarse en modelos,
es decir, en imágenes esquemáticas de procesos, de tal manera que
las consecuencias intelectualmente necesarias de tales imágenes
son a su vez imágenes de las consecuencias naturalmente necesarias
de los procesos mismos (H. Hertz). El parecido formal de las estructuras
cibernéticas no suprime la diferencia esencial de los sistemas en
los que ellas se realizan. Los influjos que aparecen en los sistemas
dinámicos en virtud de su estructura formal no sólo son de índole
causal eficiente, sino que se realizan por comunicación o transmisión
de "noticias" (formas "por las que se rige algo", sea una conciencia,
sea también una conducta inconsciente) o de "información" (noticias
con valor de novedad o de influjo). Tales "noticias", que parten
de un "emisor", deben convertirse para su transmisión en "señales"
(codificarse) en el medium de la materia o de la energía, y después
de la transmisión han de transformarse de nuevo (descodificarse)
en el lenguaje del "receptor". La codificación mediante signos y
su unión en una "señal" para una "información", permite medir el
"contenido informativo" de una noticia por las decisiones de sí
o no, igualmente probables, contenidas en ella; éste es el llamado
bit (de "binary digit"). Ahí está la base para el código binario,
que elabora las señales con ayuda de los signos 1 y 0. La cibernética
permite analizar y representar en modelos procesos y formas de conducta
muy complejos. Ha estimulado las más diversas ciencias poniendo
a su disposición modelos formales logrados en otros ámbitos de la
realidad. No sólo permite conocer en su estructura los procesos
de regulación, feedback, dirección y autodirección, sino también
producirlos como cibernética aplicada.
Es
un sistema convencional explícito que, con un número limitado de
señales, permite la conversión de la forma de un mensaje en otra
forma para su transmisión. Aunque normalmente el término código
se usa para sistemas de lenguas artificiales, el mismo Saussure
habla del código del lenguaje refiriéndose al sistema lingüístico.
Aquí el término, que forma parte de la dicotomía código-mensaje,
alude al sistema convencional de símbolos y de reglas que permite
que un mensaje pueda ser codificado o producido y descodificado
o interpretado. Jakobson en su esquema de la comunicación utiliza
el término código en este sentido.
Es
una colección ordenada y metafórica de signos. Sistema de signos
y de reglas que tienen un determinado valor dentro de un código.
Este conjunto de caracteres que expresan una información conllevan
la posibilidad de manifestar ideas. El código lingüístico sirve
en este caso para identificar a un objeto arquitectónico mediante
una lectura óptica. Con ello, el material lingüístico en un objeto
arquitectónico se formula en forma de código.
En
lingüística: se da este nombre a uno de los dos procedimientos principales
(el otro se identifica como derivación) de que disponen las lenguas
para formar nuevas palabras a partir de unidades gramaticales existentes
en la lengua. En arte: Se refiere a la organización o disposición
de una serie de elementos en una totalidad coherente y unitaria.
Es
la manera de disponer los elementos dentro de un conjunto, este
procedimiento conlleva a la formación de elementos mediante la unión,
para así conformar un sólo objeto.
Proceso
mediante el que un mensaje emitido por un individuo, llamado emisor,
es comprendido por otro llamado receptor o destinatario, que es
la persona o entidad a quien va dirigido el mensaje, gracias a la
existencia de un código común. Este proceso abarca dos etapas: la
emisión y la recepción del mensaje, llamadas respectivamente la
codificación y la descodificación.
Se
define como la representación intelectual y abstracta, los conceptos
se jerarquizan entre sí para formar estructuras conceptuales ordenadas.
El concepto es una síntesis de ideas que se manifiestan al conceptuar.
El
concepto es la forma más sencilla del pensar, en oposición al juicio
y al raciocinio, que son productos del pensamiento compuestos por
conceptos. El concepto comprende un objeto, representa "lo que"
es sin enunciar nada sobre él. El concepto tiene su expresión gramatical
en una palabra o término o también en una frase que no constituye
todavía un enunciado. En todo concepto hay que distinguir: el concepto
como "acto" de pensamiento, el concepto como "contenido" de pensamiento
y el "objeto" del concepto. Considerándolo desde el primer punto
de vista, es un acto, las más de las veces de duración brevísima
y de naturaleza espiritual (inmaterial), aunque dependiente de las
representaciones sensoriales ligadas al cuerpo. El concepto representa
al objeto, no por estar sus propiedades ontológicas, sino en cuanto
que el acto de pensamiento lleva en sí con existencia ideal (sólo
representada) un determinado contenido; el concepto significa el
objeto, está intencionalmente dirigido hacia él. Pero el objeto
del concepto no está constituido por el "contenido" interior de
éste, sino por el objeto independiente del pensar, que ciertamente
no es conocido en el concepto como existente, pero sí significado
en él. En el objeto deben distinguirse el ente total y concreto
de que el concepto se predica (objeto material) y el "aspecto",
nota o carácter de aquél, aprehendido en el concepto (objeto formal).
Como representación abstractiva, el concepto representa las cosas
no en su concreta e intuitiva plenitud, sino sólo caracteres aislados
extraídos de ellas.
Se
utiliza en la actualidad, y dentro de nuestro medio, para designar
una idea sintética que expresa y caracteriza las propiedades o las
cualidades de un proyecto arquitectónico y las intenciones que éste
guarda.
Es
el significado adicional de un signo lingüístico, formado por el
conjunto de sugerencias, asociaciones y valores afectivos, propios
de la vida emotiva de las personas, que acompañan a la denotación,
es decir, todo aquello que pueda evocar, sugerir, excitar, implicar
de una forma clara o vaga el significado de un término.
Se
refiere al conjunto de cosas dichas, tema o argumento, o bien al
ser de expresión o fórmula determinada, argumento. Concepto, juicio
o razonamiento en el sentido lógico. El contenido se manifiesta
en la expresión, la hace patente y funciona para ella como la sustancia
que le da existencia.
Se
refiere al conjunto de circunstancias en que está; situado algo,
fuera del objeto pero que está en relación a él. El contexto en
el ámbito arquitectónico significa todo lo que hay en el entorno
natural o construido, así mismo la arquitectura se manifiesta dentro
de un contexto no sólo físico o geográfico es también histórico
y cultural.
Este
término, derivado del latino colere = cultivar, significa originariamente
el cuidado y perfeccionamiento de las aptitudes propiamente humanas
más allá del mero estado natural (cultura como cultivo del espíritu).
La Antigüedad y la Edad Media tenían para esta idea los términos
humanitas, civilitas. En los siglos XVII y XVIII el concepto se
amplió. Entonces se entendió también por cultura aquello que el
hombre añade a la naturaleza, sea en sí mismo, sea en otros objetos
(cultura como suma de bienes culturales). Mientras, según esto,
naturaleza significa lo que es innato en el hombre y, además, lo
que existe fuera de él sin su intervención, cultura abarca todo
aquello que debe su origen a la intervención consciente y libre
de aquél. Sin embargo, tanto el origen como el fin enlazan entre
sí naturaleza y cultura. Pues la capacidad humana creadora de la
cultura puede, en verdad, perfeccionarse después, pero originariamente
hunde sus raíces en la naturaleza; es innata. La cultura, igualmente,
encuentra su verdadero fin en el perfeccionamiento de la naturaleza
del hombre. La dirección y medida de la actividad creadora de la
cultura están esencialmente determinadas por ella. Para Lévi-Strauss
la cultura puede comprenderse como un conjunto de sistemas simbólicos
(sistemas de signos).
(o
des-construcción) es el término que Derrida emplea para designar
a la operación que des-estructura las significaciones presentes
en el logos.
Se
entiende por denotación, designación o referencia, la operación,
mediante la cual determinamos por medio de un enunciado cada uno
de los objetos y conceptos de la realidad extralingüística, con
el fin de distinguirlos de los demás. Denotar es, por tanto, hacer
referencia a la realidad, al mundo físico y al de la experiencia
humana, a saber, a los valores que son comunes a los locutores de
la lengua, o sea, lo que da un diccionario (Martinet) y, por esta
razón, al objeto de la realidad designada o nombrada por medio del
lenguaje se le llama denotado.
Es un medio para preparar el conocimiento de las ideas, es la ciencia
de las ideas. Según Sócrates -"no debían implantarse desde fuera,
sino desarrollarse lógicamente dentro de la conciencia del discípulo
interrogado, debían crecer en el espíritu activo del interlocutor,
hasta que fuesen suficientemente claras para expresarse y estuviesen
suficientemente desarrolladas para salir a la luz" (Menéndez Samará
Adolfo "INICIACIÓN EN LA FILOSOFÍA", por Problema y en Forma Histórica.
México, Ed. Porrúa, 1943. Pp.64). Cuando se manifiestan, expresan
un pensamiento sobre el objeto, formando conceptos para construir
el discurso pronunciado. En otra postura, la dialéctica que Platón
describe, puede avanzar en forma ascendente o descendente. La primera
consiste en aislar a la idea general de las cosas sensibles hallando
sus principios y razones suficientes para sintetizarse en la idea
rectora. Esta es la idea de las ideas. En la dialéctica descendiente,
se divide a la idea general en sus especies y géneros verificados
en un análisis a priori, lo que hace posible a la dialéctica y por
consiguiente al pensamiento, es que las ideas pueden penetrarse,
combinarse y modificarse. . Así mismo, para Platón la dialéctica
significa el conocimiento de la idea (su recuerdo) y el esclarecimiento
discursivo de ésta interrogando y respondiendo, afirmando y negando;
como si conversara la razón consigo misma hasta encontrar las notas
fundamentales. Para Aristóteles, la esencia (la idea) que se halla
en los conceptos abstractos es la causa o la base real de lo que
aparece en la experiencia como propiedad y relación de lo experimentado;
lo intangible está contenido en lo tangible. Posteriormente Kant,
funda su estudio en las formas lógicas (concepto, juicio, raciocinio)
de la lógica formal. Aquí la dialéctica se considera como evolución
inmanente de los conceptos. Para Hegel el espíritu puro es la idea,
para él todo concepto aislado es incompleto, imperfecto, ya que
no expresa la verdad más que en partes, de aquí que cada concepto
exija a otro para llegar a complementarse, como él mismo señala:
"Del primer momento dialéctico o concepto inicial, se va ascendiendo
poco a poco hasta el concepto más abstracto, que es el ser puro
o idea absoluta que comprende todo". Para Sócrates el verdadero
conocimiento es el de los conceptos, que son pensados, que constituyen
el mundo interno de las ideas. La cual se piensa, es contemplada
por la inteligencia. Las voces idea y eidos vienen de la raíz griega
id, que significa ver.
En
esta primera acepción se llama discurso al objeto de estudio de
la Pragmática, es decir, al lenguaje en acción, ya oral, ya escrito
(Myers, T., 1979), usado en la interacción verbal para producir
un efecto en el destinatario. Con este significado, discurso es
equivalente a texto, aunque se prefiere el término discurso siempre
que se pongan de relieve las bases o metas sociológicas, funcionales
o significativas del lenguaje, y texto se emplea para resaltar los
aspectos formales materiales y estructurales (Kress, G., 1985).
También se emplea el término discurso para aludir exclusivamente
al lenguaje oral, debidamente contextualizado, que se emplea en
la comunicación social, es decir, al significado que se encuentra
en la expresión análisis del discurso; en esta segunda acepción,
discurso o lenguaje oral se opone a texto o lenguaje escrito. Bajo
este término Michel Foucault denominó a todas las formas y categorías
de la vida cultural.
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