Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica


Del libro Nova (Pre-Textos, Valencia, 2003)

Vicente Luis Mora

EN EL CEMENTERIO DE IGUALADA


El aire es frío pero es algo vivo
avienta el polvo y me mantiene ausente

algunos me contemplan extrañados
no es un pañuelo lleva unos papeles
aunque mi terno negro les confunde
quizá es para dejar algún mensaje

sí más o menos

Enric Miralles duerme por aquí
le envidio porque pudo hacer su tumba
en la mitad exacta de su obra
como los elefantes fue acercándose
sin prisas hasta el propio cementerio

es la ventaja de los arquitectos
pues ellos no deciden cuánto viven
ni nadie pero al menos
deciden dónde el cómo de su dónde
y el campo luminoso del al fin

yo no podré enterrarme entre palabras
en las que sin embargo muero y doy
de mi cuerpo presente testimonio
papeles que se está llevando el viento
tan frío de Igualada ante el hastío
lejano de personas que recuerdan

hay árboles delgados como huesos
elevación en clave horizontal
casillas que los muertos van tachando
celdillas preparando miel horrible

puedo sentir las almas transparentes
intentan aferrarse a su ataúd
pero la tramontana las avienta
se quedan solos los delgados cuerpos

hay trazos inscripciones sobre el suelo
recuerdan a las marcas de frenazos
diseminadas por las autopistas
que muestran el camino de los muertos

el tiempo es carretera hasta esta casa

el viento que recuerda que estoy vivo
me vuela las palabras de la página

pude escribir Miralles estoy solo
mascado entre los dientes de tu obra

pero el viento se lleva mi homenaje

y ha dejado

Miralles estoy solo

 


LA CASA NEGRA


Llegué de noche a esta casa extraña
desalojé el color para asentarme
me horrorizaron sus paredes blancas
tras diluir mi esencia bajé al sótano
allí encontré enterradas mis raíces
hacían de cimientos de la casa
ya era parte de ella sin saberlo
quise hacerla a mi imagen y medida
tomé mi esencia que dormía en cubos
y fui tapando su horroroso albor
y me salvó la mano que escribía
la pluma hisopo sustanciando el llanto

ahora hasta las tejas son oscuras

soy un tintero triste y solitario

las nubes no se acercan sin mancharse

mi cuerpo es un sinfín de líneas negras

el negativo exacto de la página

en esta casa ya no vive nadie

 

EL SONETO MATEMÁTICO


Todos sabían que la vida es irse
por qué no lo entendí no lo comprendo
pero conforme luego fui creciendo
supuse que vivir es dividirse
como el ocho en el cuatro ha de partirse
y como el cuatro en dos se va escindiendo
como la calavera que riendo
se ha ido despojando del reírse

la vida es dividirse y yo me siento
a cada día un poco menos vivo:
si me sustraen mitades las jornadas
multiplicando restas y los vientos

prosiguen sus labores de derribo
me iré partiendo hasta quedar en nada

 

APLICACIÓN DE MIES VAN DER ROHE


Un libro con las pastas transparentes
sus páginas de plástico acetato

un libro en que se miran de una vez
como cristal sus láminas delgadas

un libro que dejara ver el mundo
como una inmensa nota a pie de página

un libro en que la mano que lo mece
también se vuelve decorado y texto

un libro con palabras esparcidas
son peces negros entre dos corrientes

un libro para verte por detrás
tus labios son en él los versos últimos

un libro en el que el polvo es como nieve
un libro como trozo de agua viva

en el que nos angustia la visión

de un recto marcapáginas ahogado

 

MEDINA AZAHARA


Si leo esta escritura en tierra
este rompecabezas de oro y piedra
concibo un rostro tierno y sorprendido
un pelo negro y un cuerpo cantante
un junco no doblado por el viento
tan tibio de esta sierra frente al río

si leo esta escritura en tierra
puedo encontrar una verdad a medias
ruinas pero son parte de un todo
una entrevista luz una conciencia
oculta en la que puedo reflejarme

que todos los pinceles son cinceles
para labrarte cuerdas de guitarra
papel con que escribirte eso tan simple

que tú nos mueves

que todo existe para que lo veas

que el verdadero templo está en tu cuerpo

que construimos para que nos mires

 

 

Poemario Arquitectura y Humanidades