Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.


Historiografías e interpretaciones de los hechos arquitectónicos I

Introducción

El hombre va guardando memoria de los hechos, va dejando huella de su pasado, pero aunado a ello, se ha preocupado por contarlo. En ocasiones, la existencia de un conocimiento derivado de los acontecimientos y hechos que nos anteceden se ha cuestionado, se ha negado o se ha verificado. Por ello, este número se dedica a las diversas, complejas y controvertidas construcciones históricas que se han formulado en la arquitectura desde diversas épocas.

El objetivo de la Historia es conducirnos a designar cada hecho ocurrido a través del tiempo, por otro lado, ésta integra a la interpretación de los mismos hechos, formula su narración y construye su relato. En este caso, hablamos de dos cosas: del hecho como historia y del relato como historia narrada o "historiografía", de modo que nos lleva a suponer que no podría existir una interpretación general o universal de los hechos, sino que la formulación de las construcciones históricas se pueden presentar como propuestas abiertas. Así, la historiografía se entiende como la actividad interpretativa y de búsqueda sobre los hechos, desde la cual podemos cuestionar e indagar sobre los problemas planteados en el conocimiento del diseño arquitectónico, para transformarlos en su contenido tácito, con el fin de que se fragüen propuestas y estructuras conceptuales diversas.

En este caso, se entiende que su noción va más allá y se integra como una "idea regulativa" bajo la cual se define el acontecer de los hechos y es referida a formas de diálogo e interpretaciones de los acontecimientos, esto nos acerca a la reconstrucción de historias que pueden pensarse como orientadoras de la acción y narrarse con esa intención práctica, así queda constituida no sólo por los hechos, sino por la acción que ejerce el historiador sobre éstos. A través de la historiografía podremos llegar al conocimiento de los diferentes estados y acciones del ser humano realizados sucesivamente en el pasado, ésta abarca un objeto cualquiera de conocimiento, ya sean costumbres, conformaciones de los pueblos, modos de vida, existencia de los objetos, de las cosas y fenómenos, por lo tanto, ésta sólo es posible como construcción retrospectiva de narraciones sobre sucesos del pasado que en cierto modo se genera en un principio regulativo que vincula a la interpretación, al método y al historiador para llevar a cabo la reconstrucción histórica.

En este sentido, el objetivo de los historiadores ha consistido en recopilar, registrar e intentar analizar todos los hechos del pasado del hombre y en ocasiones descubrir nuevos acontecimientos, esto consiste en fijarnos en algo que no sabemos para tratar de descubrirlo y ser un medio útil para alcanzar un fin. Entonces ¿qué averigua la historia desde el ámbito arquitectónico? Los autores nos presentan diversas formas y enfoques de ver y analizar un hecho al relatar la historia de su materialización, anclando su interpretación a factores que lo determinan como son los tecnológicos, sociales, políticos, económicos e ideológicos. Podemos hablar de interpretaciones de las obras arquitectónicas que han entendido la realidad del contexto social, cultural y natural, surgiendo como expresiones que se producen a partir de un pensamiento, de una tendencia estilística, de una influencia lingüística o de una incidencia cultural que comprende un modo de vida. La identidad histórica de un pueblo genera muestras muy valiosas de sus raíces que de una u otra manera, han sido conservadas y que es esencial que se conozcan como aspectos que caracterizan a un emplazamiento derivado del entendimiento de las costumbres de sus pobladores, de tal manera que sus características culturales milenarias se identifican en sus rasgos iniciales.

Alcanzamos a comprender esta construcción histórica si analizamos una serie de rituales específicos, de tradiciones y si comprendemos el valor o el significado que cobran las construcciones sagradas, los monumentos, las viviendas, los espacios abiertos y públicos, los espacios para el culto o las edificaciones modernas, todas estas parten de una paternidad ideológica que dicta su composición y estructura, que altera su lenguaje y que se convierten en los escenarios de la vida cotidiana.

Patricia Barroso Arias