Crepúsculo
de verano
Georg Trakl
En el verde éter vibra súbita una estrella,
en el hospital sienten que el alba ha venido.
El mirlo trina ebrio en el bosque escondido,
campana de convento se aleja en sueños bella.
En la plaza una estatua solitaria y esbelta,
matutinan en patios rojos lechos de flores.
En el balcón de madera flamea el aire calores,
por el hedor las moscas dan una y otra vuelta.
La cortina plateada en la ventana es velo
de miembros enlazados, de labios, pechos suaves.
Del andamio en la torre martilleos llegan graves,
blanca declina la luna en el domo del cielo.
Un fantasmal acorde que en sueños se alzara,
monjes de las puertas de la iglesia surgen
con pasos caminando que al infinito urgen.
Se alza hacia los cielos una cúspide clara.
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