Espacio

Escribo casi a oscuras,
 en las habitaciones
pequeñas de la casa, donde difícilmente
podría caber un hombre.

Me obstino en la palabra que se diceal oído,
 que empaña los cristales,
que humedece los bordes de la página.

Presiento que un poema
es un ruido que se intuye a lo lejos,
la puerta que se abre al otro lado
de una misma ciudad.

Por eso cada noche,
después de que el cansancio
 consigue disuadirme, dejo sobre la mesa
 una vela encendida:
la lámpara votiva de una iglesia sin culto,
desprovista de imágenes.

 

Sánchez, Basilio

 

 

 

 

 

Poemario Arquitectura y Humanidades