UN CAMPANARIO DE ALDEA
José Rubén Romero
Es de pequeña estatura,
de proporción armoniosa,
de colorcillo de rosa
y de vieja arquitectura.
Al herirlo el sol, fulgura;
y en la noche misteriosa
gusano de mariposa
nos parece su figura.
Y en él, en las madrugadas
esplendentes y rosadas
y en las horas vespertinas
del ensangrentado Ocaso,
anidan aves de paso
y cantan las golondrinas...