En un pequeño puerto
Con tramontana, el mar de invierno
entra y golpea contra el pantalán.
Es un puerto sin barcas ni veleros,
y lo rodea el trueno de las olas.
Viendo cómo entra el mar por la bocana
y cómo está azotando los amarres,
siento la misma calma
que, una vez sucedidos, nos dejan los desastres.
Feliz porque hoy la vida, para mí,
es un puerto invernal, pequeño, inútil,
levanto el cuello del abrigo
y hundo los puños hasta el fondo
de los bolsillos, lloro de alegría
y el viento va secándome las lágrimas.
Joan Margarit
fuente
de consulta:
http://www.joanmargarit.com/cast/poemes.html