¡Paris tan alegre!
¡Es la guerra!
¡Nada es más duro que la guerra en invierno!
Estoy muy sucio
(aquí ya no se anda por la vereda ni el arroyo) ¡pero qué
alegría venir aquí a pavonearse!
La ciudad es siempre
ardiente. En el cine, los chiquillos silban La Dama de las Camelias.
Y nosotros, nosotros
preguntamos ya a los que atraviesan la ciudad para ir a otro sitio si
buscan diamantes con un arado.