PEQUEÑO HORIZONTE


La esquina de ni barrio
con su farol dormido
escenario de encuentros
románticos, casuales,
tiene un tinte añejo
de gente sin prejuicios,
de promesas curtidas
por veranos sedientos
de hojarasca empolvada
y maltrechos carteles.

La esquina de mi barrio
con su farol dormido
tiene historia que sangra,
porque en ella se encuentra
el que ayer fuera un hombre
golpeado por su signo,
débil su corazón,
pequeño su horizonte,
con la mano extendida
y agónica mirada.

La esquina de mi barrio
ha renacido hoy día,
en ella han plantado un sauce verde olivo
y el piso de cemento
luce con mucho brillo.
Aves madrugadoras,
melodía en sus trinos
y en sus alas mensajes
de naciente alegría.

 

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