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LA PROMISIÓN EN
ALTA MAR
No he recobrado tu
cercanía, mi patria, pero ya tengo tus estrellas.
Lo más lejano del firmamento las dijo y ahora se pierden en su gracia
los mástiles.
Se han desprendido de las altas cornisas como un asombro de palomas.
Vienen del patio donde el aljibe es una torre inversa entre dos cielos.
Vienen del creciente jardín cuya inquietud arriba al pie del muro como
un agua sombría.
Vienen de un atardecer de provincia, lacio como un yuyal.
Son inmortales y vehementes; no ha de medir su eternidad ningún pueblo.
Ante su firmeza de luz todas las noches de los hombres se curvarán como
hojas secas.
Son un claro país y de algún modo está mi tierra en su ámbito.
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