Mi
hogar, mi espacio
Me encuentro
en mi espacio, colmado de calor,
lleno de quietud y recuerdos sellados en mí.
Habito las profundidades de mi mismo, estoy en mi ser
entero que me cobija.
Conocerlo, es conocerme a mi mismo, formo parte de él,
soy quien le dio vida.
Una distancia muy larga me separa del exterior, del frío,
del mundo.
Estoy protegido, aquí puedo soñar y nada me perturba,
estoy en paz.
Revivirlo es experimentar toda una vida de sensaciones:
olores,
música, palabras, texturas, colores...
Todo ello forma parte de mi, está en mi, soy yo.
"El ensueño pone al soñador fuera del mundo próximo,
ante un mundo que lleva el signo de un infinito". Por
medio de la ensoñación podemos acceder a un mundo desconectado
de la realidad, un mundo donde todo es posible, donde somos
creadores e infinitos. Ese instante nos permite adentrarnos
en nosotros mismos, conocernos y tratar de buscar respuestas
de todo aquello que nos inquieta. Somos libres de expresar
nuestros sentimientos.
"La casa
alberga el ensueño, la casa protege al soñador, la casa
nos permite soñar en paz". Realizar el ejercicio
de la ensoñación, como arquitectos, nos permite dejar brotar
nuestra creatividad y desarrollar mayor sensibilidad en
nuestros diseños. Nos permite poder comprender los deseos
del habitador, adentrarnos en su mundo y poder proyectar
un espacio en el cual se sienta protegido e identificado.
Vania
Verónica Hennings Hinojosa