La
casa de mi abuelo
En casa
de mi abuelo, todo se almacena,
Aunque pudieran ser los más variados objetos, me parecieran
todos iguales:
Cansados y olvidados, gastados y abandonados,
con olor a humedad y profundo aroma a guardado.
Objetos
que se han conservado durante tanto tiempo, como si aún
se esperara que anteriores dueños de un momento a otro llegaran
a reclamarles.
Custodiados por paredes silenciosas y fatigadas que en suspiros
de nostalgia sobreviven a otros tiempos.
Techos
quejumbrosos y pisos que rechinan, puertas que gruñen y
ventanas que añoran.
En casa de mi abuelo todo tiene vida.
Morada de un pasado que aún me rodea, en silencio me envuelve
y aunque siempre, siempre habla, nunca dice nada.
El tiempo
de mi abuelo era tiempo de recuerdos, recuerdos de alegrías
y tristezas,
De amigos y familiares, que en una presente soledad, ahora
son sólo melancolía.
Visitar
a mi abuelo era vivir por momentos en otra época.
Era moverme en sigilo ante la mirada ausente de un hombre
que poco a poco se extinguía.
Recorrer una vieja casa, donde cada rincón gritaba que tenia
una historia por contar.
Y es
que nunca pude pensar en mi abuelo sin imaginar su casa,
Como tampoco deje de sentir su presencia cuando el ya lejano
se mantenía vivo a través de ella.
Mi abuelo y su casa, era un viejo y su sombra, dos vidas
con una sola alma.
José
Luis Cabrera L.