Casa
vieja
El álgido recinto de desvelos
transfórmase en testigo de la historia
cuando con luz excita la memoria
del brillo de tus muros los anhelos.
Son
ecos de existencia las miradas
que ausentes tus colores enmohecen,
los rostros de tus suelos palidecen
a falta de constantes las miradas.
Abierto
se ha la puerta en un instante
y polvo es la respuesta que devuelves
al aire que te entrega el visitante.
La vida
él te ha otorgado de su mano
dejando entre tus ruinas la grandeza
que habita en la presencia de lo humano.
Álvaro Cirión Arana