Instantes
(...)
El día apenas empieza
y esta máquina de ensueños empieza a trabajar;
la metamorfosis se inicia,
el horizonte se tiñe de terracota
y aquel refugio que fue, ahora escondite de soledades.
(...)
algo pasa, el mar se ha elevado y me llama
la atmósfera me cubre
su tiempo es nulo y el hombre revisa su reino,
lo azul habla, el aire murmura;
ruido intermitente avisa que la fortaleza interior es visitada.
... el sonido se hace cada vez más cercano...
desciendo y el muro cobija mi paz,
he llegado al reino terrenal.
Los muros hechos de tierra convergen,
me dan la bienvenida;
a lo lejos [percibo] el origen sonoro;
de la tierra emergen emisarios esmeralda
Continuo la senda, cada vez más difusa,
la caravana es necesaria;
el portal natural me da su bendición...
La
ensoñación enriquece toda actividad ya que va más allá de
las imágenes mismas, se dirige a la esencia, al valor de
las cosas, no por su constitución sino por su relación con
el hombre. La Arquitectura, antes de ser procedimientos
constructivos, debería ser ensoñación de los ideales del
hombre (...), la ensoñación materializada puede ser capaz
de devolverle a la arquitectura lo que el funcionalismo
le ha quitado: su esencia.
Adrian
Baltierra Magaña