Tu
Casa
Al
llegar a la casa,
se encontraba empolvada,
pálida por el color del yeso,
desorganizada,
y aún así me gustó.
(...)
Ausente
de ella por un largo tiempo
regreso y la veo toda distinta.
(...)
tomo
del pequeño triste estar,
hoy cómodo y azul,
mis sonrisas
del
comedor,
hoy amplio y helado,
mis palabras
de
la pequeña
y hoy organizada cocina,
mis esperanzas
del
libre corral,
hoy con protecciones macizas
donde jugué con los borregos y gallinas,
mis acciones
de
la hoy oscura y ordenada habitación
que compartíamos,
mis sueños
del
hoy formal recibidor con muebles,
mi nombre
La
casa solamente contempló y calló,
ya no era la casa que visitaban mis sueños
al igual que su propietaria.
La
ensoñación es pieza clave; en ella se hace partícipe nuestro
subconsciente sin ninguna influencia ni pensamiento dogmático,
sino la pura libertad de preceder y dar a conocer lo que
en el interior se desea, lo que en el interior es cierto
y verdadero.
José
Luis Lizárraga Valdéz