Hogar
(...)
los dos cuartos en obra negra te formaban:
mi casa, mi hogar,
y eran suficientes para sentir tu calor y protección.
En medio de las milpas y unas cuantas casas alrededor, lejos
de la
ciudad, aprendí a quererte.
Al principio sentía miedo por las noches
a la luz de las velas:
mil monstruos imaginé en tus paredes
[pero] ese temor desapareció poco a poco
cuando tu espacio ya era mío.
Te sentía mía.
Fuiste
creciendo al igual que mis hermanas y yo
(...) cuando deseo regresar
me basta con cerrar los ojos,
percibir un aroma,
escuchar un ruido
para estar nuevamente en ti.
La
ensoñación es un instante de revelación en el tiempo durante
el cual nuestros sentidos alcanzan un grado máximo de percepción
y expresión. La ensoñación nos permite descubrir y sentir
realmente quienes somos, es un desdoblamiento de nosotros
mismos. Esta revelación le da sentido a la vida y resuelve
las contradicciones y conflictos relacionados con nuestra
existencia.
"El
ensueño contempla la grandeza y determina un estado del
alma que pone al ensoñador fuera del mundo próximo, ante
un mundo que lleva el signo de infinito" (Bachelard).
Norma
Guadalupe Martínez Arzate