Mi
refugio en casa de los Abuelos
Su
grandeza aún me cautiva.
Sin embargo en toda esa inmensidad,
sus rincones recobran singular importancia:
Atravesar el patio y encontrar el huerto
repleto de verde inagotable.
El
follaje del árbol más grande de todos
aún genera un espacio para refugiar el alma.
Pasé allí muchas horas de mi niñez.
Adoro ese espacio al que físicamente no accedo;
sin embargo, lo degusto, lo huelo, lo oigo, lo siento,
lo miro en mis recuerdos
(...) sigue siendo mío.
La
ensoñación es el momento en que somos capaces de adentrarnos
en nosotros mismos para acercarnos a ese lugar en el que
nadie entra, solamente nosotros, para sacar de él respuestas
a interrogantes que [hoy] el medio nos reclama.
Hernán
Guerrero Figueroa