Y
aún sigo...
Inicio
en un breve lugar y espacio que existe dentro de mí. Decido
hablar, de
mi poesía (...) me doy cuenta que aquello a lo que tenía
miedo sentir y amar,
podría ser para el arquitecto, lo más bello para ejercer.
¡Ejercer la Práctica
Poética y encontrar, como lo hizo Eupalinos, su propia Máquina
de Cantar!
Dice Constantino Cavafis, "el poema se nutre del lenguaje
vivo de una comunidad
(...) el poema funda al pueblo, porque el poeta remonta
la corriente del
lenguaje y bebe en la fuente original.
(...)
el espacio compartido por mis padres y nosotros no poseía
un acabado especial. Se fue construyendo poco a poco con
la seguridad de que iba a ser la casa más hermosa de todas;
lo fría que fue al principio, se convirtió en el hogar mas
caluroso que podía existir [como una segunda piel], fuimos
nuestros propios arquitectos"
Adriana
Quiroga Zuluaga