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El
estudio de la contextualidad en el proyecto arquitectónico
Patricia Barroso Arias
Cuando reflexionamos sobre el papel que juega el paisaje en la elaboración de la imagen del objeto, nos formulamos las siguientes preguntas: ¿Qué es la contextualidad? ¿Es posible diseñarla? ¿Cómo se lee en el proyecto? ¿Cómo se previene en el hacer proyectual? ¿Es igual leerla que diseñarla? A partir de ello, la preocupación se centra en verificar si en la actualidad el arquitecto planea o no este contenido arquitectónico en su hacer y si contempla una postura que valore la relación objeto-entorno. En este caso, se acentúa que la arquitectura para proyectarse requiere de recursos o contenidos que se moldean procesualmente, aquí se hace referencia a una condición de "anticipación" conceptual, probablemente diagnóstica sobre el contexto. Cuando se proyecta imaginariamente se anticipa lo que será el objeto, es posible prevenir su comportamiento con el sitio dado, si se estudia bajo una evaluación analítica y diagnóstica que lleva a interpretar y plasmar la "materia" proyectual a manera de "prefiguración" del objeto.
Este diagnóstico se vuelve parte de un principio metodológico en donde se comprende que el proyecto responde a un marco de referencia ambiental como comprensión previa de la realidad física, cultural y geográfica donde se insertará. Existen nexos entre la arquitectura y su marco contextual al que se debe regresar continuamente para entender y valorar el sitio; por ello, nos cuestionamos sobre la influencia que ejerce el contexto en el proyecto y si se generan entrelazamientos o vínculos con el entorno. Si es posible leer la contextualidad en el objeto o su comportamiento con el medio, entonces se puede explicar cómo se diseña o planea en el proyecto, de tal manera que el clima, el terreno, las vistas, el relieve, la hidrografía y la orientación son algunos de los requisitos específicos que se vuelven factores determinantes en la forma del objeto.
Definición
La "contextualidad" se refiere al sitio, al lugar donde se fusiona la obra con el sitio, se entiende como la relación de la arquitectura con el entorno físico inmediato, donde el contacto del hombre con su medio natural genera la capacidad de articular los elementos arquitectónicos en conjunto para darse una relación hombre-arquitectura-lugar. Aquí se descubren una serie de fenómenos que permiten al arquitecto organizar y relacionar al objeto con el entorno físico que lo rodea, en esta relación se revela lo que el sitio encierra en sus características físicas para proponer soluciones hacia una articulación de elementos contextuales. Esto obedece a una transformación y valoración del lugar donde se inserta la obra.
En este contenido se establece una serie de elementos que sirven para transformar al medio y entrar en relación dialéctica u opuesta con él, en este caso el entorno significa "esencialmente todo lo que está alrededor de un individuo en el espacio o en el tiempo" [1], viéndolo como un sistema espacial y temporal, como el entorno próximo o lo que está alrededor y al alcance, donde el objeto arquitectónico se convierte en un objeto condicionado a éste. El hecho es que el objeto se conecta directa o indirectamente a él estableciendo un tipo de relación o vinculación en esferas distintas, así el entorno urbano o natural alberga un tipo de vida y de actividad que se constituyen como el marco artificial de la obra.
Entonces la contextualidad ocurre cuando el objeto entra en relación con el conjunto de elementos que condicionan de algún modo su ubicación, su posición y composición lingüística, en ésta la obra arquitectónica tiene una imagen tal, que los conjuntos de edificios pueden tener la misma relación o conectarse por otra. Por ello, se entiende como la conexión del edificio con el hábitat, donde hay una intención de composición, en esta relación se deja ver que la obra no se entiende como objeto individual, sino que se considera como formadora del contexto, es un elemento que modifica, afecta y transforma el entorno donde se inserta. En este sentido la relación con el sitio afecta de dos maneras al objeto:
a) El objeto arquitectónico queda determinado por el contexto como objeto culturalizado, influenciado y condicionado por el entorno, esta disposición no se refiere a la simple comprensión del medio, sino al análisis de las relaciones del medio físico en el marco de su cultura. Es, al mismo tiempo, una relación de percepción y de conocimiento del sitio, donde la expresión del objeto arquitectónico desde su concepción en el proyecto reconoce su valor como elemento dialéctico. Autores como Muntañola definen esta vinculación como el equilibrio entre el objeto arquitectónico y el entorno, entre lo natural y lo artificial [2], o como señala Pozo "es el estado temporal de equilibrio que el hombre alcanza a través de sus establecimientos" [3].
Por lo tanto, la ubicación del edificio se define en una localidad geográfica y en una cultura determinada, donde se organiza la colectividad que ahí se desenvuelve y vive. Esta noción de una arquitectura que se configura según una situación y un entorno determinados condensa una particular idea de un escenario, de una región, de un sitio; y el reto de trabajar con culturas, climas y condiciones urbanas diferentes exige un emplazamiento de la arquitectura en relación directa con su entorno próximo. Así como lo señala Holl, se puede enunciar una "arquitectura del entrelazamiento" [4], como una arquitectura que se ilustra mediante las experiencias perceptivas, conceptuales y lingüísticas.
b) Y por otro lado, la obra arquitectónica es entendida como condicionante del contexto, es decir, como generadora del entorno y como elemento que compone parte de la cultura, debido a que impone y genera "contexto". Entendiendo en ello, que la obra como formadora del pasaje está definida por su condición material y tangible, es decir que a partir de su presencia en el sitio se establece una "zona" contextual que no se sabe precisamente hasta donde llega, ya que no hay límites visuales y culturales tangibles; probablemente el único límite que existe sea de tipo geográfico como el que conocemos como "alineamiento". Sin embargo, la incidencia del objeto a nivel cultural, social y visual en el entorno no se define en términos limitantes, por lo que esta relación se concibe como una vinculación abierta y sin límites.
De cualquier manera, el objeto arquitectónico al ser concebido en el proyecto como elemento culturalizado y al comportarse como elemento que genera parte del paisaje urbano cuando se edifica, es en sí una expresión de las formas de habitar. Por eso esta dualidad determina en un sentido la concepción de la contextualidad en la acción proyectual como un elemento determinante que afecta e incide en la imagen del objeto. Entonces, para establecer a la contextualidad como un contenido que interviene en la acción proyectual es necesario responder a algunas preguntas, como: ¿Qué elementos se consideran para elaborar un diagnóstico contextual en el proyecto? ¿Cómo se identifican en la lectura del proyecto? ¿Cómo se concibe una intención contextual? y ¿Por medio de qué factores se plasma o representa la intención contextual?, o bien, ¿cuál es su condición expresiva?
En estas cuestiones se advierte que en el proyecto se determina si se trabaja en un contexto consolidado o bien, si será conformado con el tiempo en su dinamismo y en su transformación; asimismo se entiende que en la acción proyectual se previene la manera de actuar del objeto con su entorno, de esta manera, la elaboración de un diagnóstico contextual en el proyecto puede simular la escena visual y representativa del contexto real. En dicho diagnóstico se prevé el comportamiento del objeto arquitectónico con su ambiente, de ahí que se busca establecer a los elementos tipológicos y morfológicos que intervengan en la definición de la vinculación objeto-hábitat desde un sentido proyectual.
¿Cómo se planea lo contextual en el proyecto arquitectónico?
El diagnóstico
El proyecto arquitectónico se encuentra entrelazado con el entorno, es decir, que el "entrelazamiento" es un concepto que se sustenta en el vínculo, en la conexión o unión de la experiencia del espacio y el tiempo, del aquí y del allá, del adentro y del afuera o del interior y del exterior. Esta idea de "entrelazamiento" como una red de reciprocidades y vínculos con el "allá afuera", busca expresarse mediante los recursos lingüísticos que el arquitecto utiliza, entonces se investiga cómo se piensa la relación objeto-entorno y cómo se identifica en la lectura del proyecto. Para responder a ello, se deben identificar los elementos que condicionan la presencia del objeto o las exigencias del sitio bajo un diagnóstico contextual que ha de trasladarse al proyecto, considerando los elementos lingüísticos y morfológicos que definen al entorno y afectan o determinan la forma, pensando su agrupación de la siguiente manera:
Factores de la silueta circundante, donde se analizan:- Los aspectos compositivos del entorno construido como las alturas, proporciones, escalas, masas, vacíos, ejes, la orientación de volúmenes, sus ritmos, secuencias formales, geometrías, la traza urbana y el sembrado de los edificios.
- Los usos del suelo y reglamentos, para ubicar áreas recreativas, zonas colectivas, áreas privadas, de comercio o trabajo.
- Y las texturas del entorno, como los materiales, colores y acabados.
Equipamiento urbano, para ubicar:- Las zonas de carga y descarga.
- Y zonas de servicios con la ubicación de: cisternas, líneas de drenaje, luz, agua, estaciones y equipos especiales.Factores físico-ambientales, para generar efectos ambientales y compositivos con el uso de:
- Elementos naturales, ya sea el agua, las piedras, la vegetación, los pavimentos.
- El manejo de la luz, para crear sombras y reflejos, para resaltar los tonos, las texturas, los volúmenes y las secuencias de llenos y vacíos.
- El manejo de la luz natural o artificial, ya sea directa o indirecta para afectar la fluidez espacial y visual, y para asociar interiores y exteriores o para generar contrastes y continuidades.
- El estudio del clima, los vientos, la lluvia, la humedad y la temperatura para determinar la forma del objeto, y el tipo de fachadas a usar, ya sean abiertas o cerradas, asimismo, el tipo de techos inclinados o planos.
- El uso de los recursos naturales, nos pueden ayudar a generar barreras naturales, zonas olfativas, zonas ornamentales y prolongaciones interiores y exteriores.Factores del terreno, contemplando el análisis de:
- Las vistas o visuales que se producen desde el interior hacia exterior del terreno y viceversa, tomando en cuenta las perspectivas y los ángulos.
- El emplazamiento, la ubicación, la posición y la modificación topográfica o integración al sitio.
- La geometría del terreno y las pendientes.Los Factores de aproximación y espacialidad exterior, donde se verán:
- La forma de aproximación al edificio, analizando el flujo vehicular y peatonal, los tipos de circulaciones externas, su trazo, estructura o retícula, las conexiones, entre los espacios abiertos y cerrados, las disposiciones exteriores lineales, radiales, laberínticas, fragmentarias y en "U", "O", "l"; así como sus orientaciones, direcciones, sentidos, jerarquías, zonas de alta y de baja circulación.
- Los elementos de acceso y salida como: pórticos, calles internas, pasillos, cruces, portales, corredores, elementos que comunican y organizan la distribución, plazas, patios interiores, terrazas, zonas de transición, de distribución y puntos de encuentro.
- Los remates y filtros visuales o espaciales para generar barreras físicas con muros, planos y volúmenes, el uso de elementos transparentes, abiertos, los remates visuales y reflejos. Aquí se toma la disposición de planos y superficies que se abren o se cierran espacial y visualmente para revelar un paisaje cambiante que puede ser continuo o fragmentario.La Historicidad del sitio:
- Tomando en cuenta los elementos tipológicos, morfológicos y estilísticos del sitio.
Estos factores pueden leerse en el proyecto como una condición a priori a la existencia del objeto y se previenen al proyectar, de manera que se cuestiona sobre ¿qué implicaciones formales se obtienen del estudio del lugar como determinante de la obra? y ¿qué puede aportar el proyecto de la obra arquitectónica como condicionante del contexto o generador de él? Este diagnóstico abre otras preguntas interesantes: ¿cómo se traslada este estudio al proyecto? ¿Cómo se genera y se define la contextualidad en un nivel de intenciones proyectuales y de representación lingüística? Aquí habrá que analizar los tipos de entrelazamientos que se producen para identificar cómo actúa el objeto en el entorno y cómo lo afecta. De esta manera se propone la existencia de una red de reciprocidades que se identifican a continuación.
Los tipos de entrelazamientos interiores-exteriores, presentados en una serie de implicaciones formales de la obra que inciden en el contexto como:- La prolongación del interior al exterior y viceversa, lograda con elementos que permiten la transparencia, la penetración de elementos, la conexión y la continuidad.
- La simbiosis contextual establecida por elementos que permiten el mimetismo y la fusión de la figura con el fondo.
- La oposición contextual dada por elementos que permiten el contraste y la negación.
- El topos-tipo, generado por elementos que permiten la incorporación armónica y la unión, en este caso, la configuración geométrica del terreno ayuda y determina la forma geométrica del objeto.
- La imposición contextual originada por elementos que acentúan la presencia del objeto.
- El fragmento contextual logrado por elementos que enmarcan una parte del entorno.
- La fachada-entorno generada por elementos que actúan como espejos y reflejan el entorno urbano.
- El brote contextual establecido por elementos que simulan estar contenidos en el entorno o brotan de él.
- El aislamiento contextual dado por elementos que separan el conjunto, lo disgregan, o fraccionan. Se representa como una oposición al medio y a sus condicionantes ambientales, interviniendo para ello los materiales, la composición geométrica del objeto y su lenguaje, asimismo, provocando la desvinculación térmica, acústica y desconexión interior-exterior.
- La horizontalidad originada por elementos que se integran a las proporciones de la silueta circundante.
- La verticalidad lograda por elementos que se integran y destacan jerárquicamente de las proporciones de la silueta circundante.
- La polaridad cerrado / abierto.Notas
1. Moles, Abraham, "Teoría de los objetos", Barcelona: Gustavo Gili, 1979, p.12.
2. Muntañola, Josep, "Comprender la arquitectura", Barcelona: Teide, 1985, p.121.
3. González Pozo, Alberto, "El dominio del entorno", México: SEP, 1971, p.5.
4. Holl, Steven, "Entrelazamientos", Barcelona: Gustavo Gili, 1997, p.7. Este texto contempla el análisis y la crítica de diversos objetos arquitectónicos en base a esta idea de "entrelazamiento" de la obra con el entorno, por ello sus conceptos se retoman en el estudio de la contextualidad.
Bibliografía
González Pozo, Alberto, "El dominio del entorno", México: SEP, 1971.
Holl, Steven, "Entrelazamientos", Barcelona: Gustavo Gili, 1997.
Moles, Abraham, "Teoría de los objetos", Barcelona: Gustavo Gili, 1979.
Muntañola, Josep, "Comprender la arquitectura", Barcelona: Teide, 1985.