BREVE CRÍTICA A LA
ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA
A la poesía, la música, el espacio y la nueva experiencia de la arquitectura
Por: Patricia Alejandra Rodríguez Mariscal
“La arquitectura ante todo es un oficio. Como todos los oficios, exige un aprendizaje para adquirir la destreza necesaria para practicarlo. Como toda destreza, supone varias facultades al adquirirla y ejercerla con aceptable acierto.
La arquitectura es también un lenguaje, Como todo lenguaje propone un medio de comunicación entre los seres humanos”
Carlos Mijares Bracho [1], (Tránsitos y demoras, 2008) [2].
Para iniciar este breve ensayo es importante explicar la importancia que tiene la arquitectura en el entender cultural de la humanidad. La arquitectura percibida como el diseño de la morada o el refugio de cualquier ser vivo en el planeta, es el pilar fundamental de la historia misma, pues fue en una cueva, una pirámide, un castillo, una choza, un edificio y sobre todo un hogar donde se gestaron las más grandes ideas del mundo. Es gracias a la arquitectura que las civilizaciones pudieron evolucionar y permanecer, más allá de las conquistas y los desafíos que la naturaleza puso en su camino.
A pesar de todas las cosas buenas que se pueden mencionar de este gran oficio, surge una duda: ¿qué de eso que hemos heredado de nuestros ancestros [cualquiera que sea la religión, raza o ideología a la que se pertenezca] honramos y practicamos para el mejoramiento de la misma humanidad? , la pregunta no es nada fácil de responder, pues como se sabe, vivimos en tiempos de globalización, multiplicidad y equivocismos, todo tiene muchas interpretaciones y cada una es válida, dejando de lado el sentido común y la prudencia que el mundo necesita en momentos de crisis cultural [3].
La intención en este texto no es “crucificar” a los arquitectos o a su valiosa labor, pues entiendo que vivir en una realidad donde todo resulta falso, contradictorio y confuso es abrumador y hasta cierto punto no hay más remedio que seguir la corriente para poder avanzar.
En uno de los textos de filósofo Karel Kosik [4] se menciona la idea de la arquitectónica del mundo, donde lo bello lo poético y lo sublime [5]resida en cada uno de nosotros, insertando en nuestro ser ese impulso de seguir nuestros más profundos sueños, generando felicidad y bienestar en nuestras vidas y por ende, en la vida de los que nos rodean. Lo que parece un poco absurdo, es que en esta búsqueda se cae en los falsos verdaderos, en eso que nos deslumbra solo por un momento y no nos deja percibir la verdadera luz de la realidad, creando sombras espesas a nuestro alrededor que difuminan el paisaje y nos envuelven en la oscuridad, perdiendo de vista la misión para la que estamos hechos. [6]
Y aunque no todo en el quehacer arquitectónico está en penumbra, es necesario recalcar que vivimos tiempos donde la arquitectura [se supone] refleja el desarrollo de la tecnología en combinación con la subsistencia de las tradiciones que nos hacen personas con identidad y arraigo, pero resulta que las ciudades se han convertido en monstruos alimentados por la civilización del espectáculo de la que tanto habla [y tiene razón] Vargas Llosa [7], esas civilizaciones que son frívolas, intolerantes y carentes de empatía [8].
Hace no mucho tiempo pude viajar a otro país en el mundo, la famosa ciudad de Nueva York, nunca en mi vida había visto ciudad tan cosmopolita, llena de luces, personas de todas las razas, colores, religiones e ideales, todas conviviendo en un mismo sitio, pero rodeadas de parafernalia, espectáculo y pretensión. Intenté subir a uno de los miradores que permiten observar y entender la ciudad desde las alturas, pero al ver el alto costo monetario que requería dicho servicio, preferí quedarme entre los autos, la contaminación y los anuncios publicitarios, me sentí un grano de arena en medio del mar. Más tarde, camine unas cuadras alrededor del barrio donde me hospede, Bushwick (en Brooklyn) parecía mucho más amable de lo que pensaba, miles de habitantes latinoamericanos me regalaron una sonrisa, algunos árabes y africanos se saludaban muy afablemente mientras caminaban y fue ahí donde entendí que la humanidad no está perdida, aún sigue existiendo esa poética en nuestras vidas y en las culturas de las que venimos, pero por desgracia el espectáculo insiste en crear estereotipos, falsas e inalcanzables bellezas y consumo permanente de productos chatarra.
Eso mismo parece que sucede en el mundo de la arquitectura contemporánea, ese afán y hambre de poder sobre todas las cosas [incluidas la habitabilidad y la vida misma] se disuelven en pequeñas y acartonadas construcciones, tan vulnerables como el fundamento por el que fueron creadas. Resulta complicado intentar explicar el sentimiento que se vive al ser parte de ese mundo frío y absurdo, sinceramente no me enorgullece saber que algún día fui y tal vez sigo siendo parte de esa “mafia arquitectónica”, banal y superficial de la que tanto me he quejado todo este tiempo. La frivolidad con la que se alimentan el ego unos a los otros, además de aplaudir la destrucción de la naturaleza, la vida indigna y el rechazo a la crítica objetiva y constructiva, dejó rastros en mi andar y mi visión del mundo, pero como dije antes, seguir la corriente es mucho más cómodo que luchar contra ella.
La dignificación de la arquitectura puede ser la meta a seguir para las nuevas generaciones de arquitectos del mundo, ahora se tendrá que reparar lo que se destruyó construyendo [contradictoriamente] pues el mundo, la arquitectura y las ciudades que estamos heredando se encuentra en letargo y a punto de una muerte irremediable.
Louis Kahn [9] en una de las conferencias que dio en el simposio “El conservatorio interpretado” [10] menciona que, en una visita a la Biblioteca de Boullée, observó una gran pila de libros recargados sobre un muro de 45 m de altura, le pareció que ese espacio desafiaba a la arquitectura misma pero creyó que a pesar de eso, el espacio funcionaba, cumplía con su objetivo y además iba más allá de sus limitaciones, debido a esto, escribió en su catálogo:
El espíritu de la voluntad de expresar
puede hacer al gran sol parecer pequeño.
El sol existe
luego el Universo existe.
¿Necesitamos a Bach?
Bach existe
por eso la música existe.
¿Necesitamos a Boullée?
¿Necesitamos a Ledoux?
Boullée existe
Ledoux existe
luego la Arquitectura existe.
Louis I. Kahn, (El espacio y las inspiraciones, 1967)[11]
“Ir más allá de tus limitaciones” eso retumba aún en mi cabeza, da tanta comezón como un piquete de mosquito hambriento, hace sentir que la gran losa de expectativa cae sobre ti, pues si alguien fue capaz de crear espacios tan cercanos a la poética y la materialidad como lo hizo él en el Instituto Salk de Estudios Biológicos [12] en California [por ejemplo], después de trabajar un despacho de arquitectos durante 25 años, creo que todo lo demás se vuelve un simple pretexto para no tomar en serio nuestras capacidades como arquitectos que [aparentemente] entienden [entendemos] el mundo desde una perspectiva artística y creativa.
El concepto de inferioridad [13]del que habla Samuel Ramos [14] vuelve a la vida una y otra vez, el arquitecto mexicano contemporáneo sigue [seguimos] creando arquitectura desde la insensibilidad espacial y sensorial de la que los grande maestros como Kahn y Luis Barragán [15] dotaban al mundo. Lo que mueve ahora a esas múltiples generaciones de arquitectos egresados de las más honorables y reconocidas instituciones del país, es la fama, el prestigio y la venta de proyectos sin vida ni esencia, solo materia sólida y sin alma. Desgraciadamente esa vida también se ve opacada por la explotación que existe hacia nuestra profesión como arquitecto mexicanos, son diferentes y muy diversas las maneras de encapsular nuestros ideales y pretensiones de crear espacios mucho mejores que los que se construyen. Un ejemplo son las pocas oportunidades que se le dan a los estudiantes de nuevo ingreso para concursar por un proyecto estatal o nacional, aparentemente la falta de experiencia se vuelve el pretexto para limitar las ganas de cambiar el mundo que algunos tienen [tenemos] al salir de clases y comenzar con un nuevo trabajo, de nuevo la mafia de la arquitectura hace su aparición, los mismos arquitectos de siempre ganan los mismas oportunidades de construir, llenándose los bolsillos de dinero y de sueños arrebatados a las nuevas generaciones.
Además de esto, se está volviendo una costumbre promocionar y difundir el mismo lenguaje arquitectónico “de moda” por las mismos medios de difusión arquitectónica [que por cierto están manejados por los mismos arquitectos, reconociéndose unos a los otros para crear fama y mantener un “estatus” de “intelectuales” y servidores públicos comprometidos con la sociedad] como si fueran ellos y sus necesidades los que tuviera que dictar las maneras de vivir de miles de habitantes que cuentan con identidades y sueños propios.
Muros ciegos de concreto, pisos de vinílico de madera, muros divisorios de tablaroca, luz blanca incandescente, plafones, puertas de madera de tercera calidad, dimensiones mínimas, cocinetas con dos quemadores, habitaciones donde solo quepa una cama individual y con suerte un closet, una sala con muebles escalados (ya que los sofás convencionales son demasiado grandes), sin luz ni ventilación natural, en un lugar alejado de los servicios más básicos que se necesitan (hospitales, escuelas, mercados) y además sin acceso a transporte público de calidad, alimentando ciudades sobrepobladas, contaminadas y sin respeto por la naturaleza, pero eso sí, todos con pantallas de 25” en un espacio que parece grosería construir.
Tal vez el cambio de paradigma en la arquitectura contemporánea nos salve del diluvio en el que vivimos, pues aunque existan muchas razones por las cuales sentirse traicionado y falto de motivación para hacer la diferencia, existen alternativas que pueden ayudar a no apagar esa luz que todo arquitecto y diseñador tiene.
La poética por ejemplo es un método que aunque parezca alejado del quehacer arquitectónico puede hacer que las ideas y las inspiraciones permanezcan intactas y al momento de tener la oportunidad de hacer su aparición logren defenderse tan sólidamente que sea imposible ocultarlas o hacerlas menos.
Un día leí a Gastón Bacherard [16], me inmiscuí en uno de los oportunos análisis que hizo a partir de la poesía, hablaba sobre una casa, una morada que me resulto tan familiar y tan cercana que pude adaptarla a mi nuevo hogar. Su poesía construía muros de ideales, techos de momentos felices y pasillos de experiencias que no es posible describir o escribir, pero es posible sentir a partir de la unión perfecta de palabras que crean al mismo tiempo un poema a la vida y al habitar arquitectónico.
"Y todos los espacios de nuestras soledades pasadas, los espacios donde hemos sufrido de la soledad o gozado de ella, donde la hemos deseado o la hemos comprometido, son en nosotros imborrables. Y, además, el ser no quiere borrarlos. Sabe por instinto que esos espacios de su soledad son constitutivos. Incluso cuando dichos espacios están borrados del presente sin remedio, extraños ya a todas las promesas del porvenir, incluso cuando ya no se tiene granero ni desván, quedará siempre el cariño que le tuvimos al granero, la vida que vivimos en la guardilla. Se vuelve allí en los sueños nocturnos. "
Gastón Bachelard , (La poética del espacio, 1965)[17]
Otro de los elementos a tomar en cuenta en este proceso de recuperación, es la música, la cual a partir del sonido y el rebote oportuno con los materiales y elementos arquitectónicos que la contienen, crea nuevas y mejores atmósferas para habitar. Una pieza de Bach[18] o de Erick Satie [19], hace que el aire más puro entre a tus pulmones y llene de tanto oxígeno que los suspiros sean eternos.
Aunque el camino hacia una nueva y mejor arquitectura es lejano y a veces imposible de divisar, el solo hecho de permanecer en el mundo como entes capaces de disfrutar las emociones, memorias y experiencias de la arquitectura, nos mantiene en la línea de la oportunidad, del cambio y del nuevo amanecer arquitectónico
.
Alberto Saldarriaga [20] escribió: “Vivir es una constante interacción entre el ser y el mundo en el que la arquitectura asume su papel esencial. La experiencia de la arquitectura no es accidental o periférica, se encuentra en el centro mismo del acto de vivir”.[21].
Patricia Alejandra Rodríguez Mariscal
Ciudad de México, diciembre de 2018
NOTAS.
[1] Carlos Mijares Bracho: Arquitecto y docente mexicano, egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura (ahora Facultad de Arquitectura) en 1952. Conocido por el excelente uso del ladrillo rojo en sus obras y su legado arquitectónico.
[2] MIJARES, B.(2008) Tránsitos y demoras: esbozos sobre el quehacer arquitectónico. Universidad Nacional Autónoma de México. Colección Arquitectura: México, (pág. 21).
[3] Mauricio Beuchot menciona que “Además de darse la analogía en la justicia, que es proporción en los derechos se da en la prudencia, que es proporción en las acciones y ciertamente más en la prudencia, ya que es sentido de la proporción y con ello se constituye en la llave o puerta de las demás virtudes, pues la virtud misma es el equilibrio proporcional en las acciones.” (pág. 73)
* BEUCHOT, M. (2012) La racionalidad analógica en la filosofía mexicana, Editorial Torres Asociados, México.
[4] Karel Kosik: Filósofo checo, director en jefe de un periódico comunista. Marxista.
[5] Kosik dice que: “Es necesario hacer las cosas necesarias y útiles, pero debe darse prioridad a las cuestiones bellas en el sentido del término griego to kalon: lo elevo, lo digno, lo sublime. (pág. 71)
*KOSIK, K. (1997) La ciudad y arquitectónica del mundo en Reflexiones antediluvianas (Traducción castellana por Fernando Valenzuela), ITACA, México, 2012.
[6] Además menciona que: “Cuando los arquitectos reflexionan sobre su trabajo y piensan en la situación de su oficio establece su misión, la definen determinando las funciones básicas que deben cumplir”(pág. 61)
*KOSIK, K. (1997) El triunfo del método sobre la arquitectura en Reflexiones antediluvianas (Traducción castellana por Fernando Valenzuela), ITACA, México, 2012.
[7] Mario Vargas Llosa: Escritor, novelista y ensayista. Nacido en Arequipa, Perú. Premio Nobel de Literatura en 2010.
[8] VARGAS LLOSA, M.(2012) La civilización del espectáculo. Editorial Debolsillo, México, (Edición 2015).
[9] Louis I. Kahn: Reconocido arquitecto nacido en Estonia, formado en la Beaux-Arts en la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos. Es considerado uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, incorpora en sus obras “la composición reflexiva de los espacios”.
[10] Simposio “El conservatorio interpretado” Nueva Inglaterra, 14 de noviembre 1967.
[11] KAHN, L. (1969): El espacio y las inspiraciones. Tomado de L’Architrcture d’Adjourd’hui, Vol. 142, febrero-marzo 1969, (págs. 13-16).
[12] Instituto Salk de Estudios Biológicos: Situado en La Jolla, California, Estados Unidos, sobre un acantilado que domina el océano Pacífico. El ayuntamiento de San Diego proporcionó el terreno para el Instituto. A Salk le ofrecieron varias ubicaciones entre las que escoger y se llevó a Kahn con él para que le ayudara a elegirla.
El lugar escogido es un sensacional terreno situado en un acantilado de la costa en la zona de La Jolla de: https://es.wikiarquitectura.com/edificio/instituto-salk-de-estudios-biologicos/
[13] Samuel Ramos sostiene que: “algunas expresiones del carácter mexicano son maneras de compensar su sentimiento inconsciente de inferioridad” (pág. 14)
*RAMOS, S. (1934): El perfil del hombre y la cultura en México, Colección Austral (Edición 2012), México.
[14] Samuel Ramos: Filósofo y académico mexicano, miembro del Colegio Nacional y autor de libros que hablan sobre identidad y psicología mexicana.
[15] Luis Barragán: Es el arquitecto mexicano más reconocido del siglo XX, ganador del Premio Pritzker en 1980.
[16] Gastón Bachelard: Filósofo, epistemólogo, poeta, físico, profesor y crítico literario francés. Interesado por la historia de la ciencia, moderna o contemporánea, y al mismo tiempo por la imaginación literaria, a la que dedicó una atención paralela.
[17] BACHELARD, G. (1983) La poética del espacio, (Traducción al castellano por Ernestina Chambourcin), Fondo de Cultura Económica, México, 1986.
[18] Johhan Sebastian Bach: fue un compositor, organista, clavecinista, violinista, violista, maestro de capilla y cantor alemán del periodo barroco.
[19] Alfred Erik Lelie Satie: Precursor del minimalismo y el impresionismo, es considerado una figura influyente en la historia de la música. También es considerado precursor importante del teatro del absurdo y la música repetitiva
[20] Alberto Saldarriaga: Arquitecto colombiano graduado en la Universidad Nacional de Colombia. Especializado en Vivienda y Planeamiento Especializado de Vivienda en Bogotá.
[21] SALDARRIAGA, A. (2002): La experiencia de la Arquitectura. Espacio, cuerpo y sensibilidad, Villegas Editores, Bogotá Colombia.
BIBLIOGRAFÍA
- BACHELARD, G. (1983) La poética del espacio, (Traducción al castellano por Ernestina Chambourcin), Fondo de Cultura Económica, México, 1986.
- BEUCHOT, M. (2012) La racionalidad analógica en la filosofía mexicana, Editorial Torres Asociados, México.
- KOSIK, K. (1997) Reflexiones antediluvianas (Traducción castellana por Fernando Valenzuela), ITACA, México, 2012.
- KAHN, L. (1969): El espacio y las inspiraciones. Tomado de L’Architrcture d’Adjourd’hui, Vol. 142, febrero-marzo 1969.
- MIJARES, B.(2008) Tránsitos y demoras: esbozos sobre el quehacer arquitectónico. Universidad Nacional Autónoma de México. Colección Arquitectura: México
- RAMOS, S. (1934): El perfil del hombre y la cultura en México, Colección Austral (Edición 2012), México.
- SALDARRIAGA, A. (2002): La experiencia de la Arquitectura. Espacio, cuerpo y sensibilidad, Villegas Editores, Bogotá Colombia.
- VARGAS LLOSA, M.(2012) La civilización del espectáculo. Editorial Debolsillo, México, (Edición 2015).