Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

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Antes de la era moderna: La casa de patio "de alcayata"

Alejandro Pérez-Duarte Fernández



Ya desde el siglo XIX se había observado una transformación de la tipología de la vivienda debido a la escasez de superficie en la Ciudad de México. La reproducción del modelo típico colonial, con patio al centro y corredores perimetrales, era cada vez más difícil de realizarse en solares que tendían a estrechar su frente. El modelo se fragmentó así en dos partes [1], conservando la misma conexión entre piezas y una configuración similar. De hecho, se tiene registro durante el S.XIX de una operación inmobiliaria denominada "par de casas", la cual consistía en crear dos casas separadas que unidas en conjunto, constituían una edificación idéntica a la casa colonial con patio central, aunque atravesado por un muro, escindiéndolo en dos unidades rentables distintas.


Fotografía 1.

Derivado de dicho modelo surge la casa "de alcayata" [2], llamada así por su distribución en planta que adquiere la forma de "L", aunque otras veces también en forma de "C". En el interior, las zonas conservan los mismos valores que la casa tradicional colonial con patio central, en palabras de Federico Mariscal, con "la recepción en una doble crujía de fachada (piezas y gran corredor); la habitación en una de las crujías perpendiculares a la fachada y en el fondo del patio, paralela a la misma fachada, el servicio" [3].

La implantación de la casa de alcayata estaba tipificada por una construcción adherida a un muro medianero, en el alineamiento se localizan las piezas nobles: sala y/o despacho, en la zona más valorada del solar. Opuesto en cuanto a posición, al fondo del solar se situaban las piezas sucias o "no habitables" [4] alejadas del resto de la casa: baño y cocina. Su desvinculación con el resto de la casa se debe principalmente a razones de higiene, la ausencia de una red de saneamiento y a los humos generados en la cocina, donde se utilizaba un brasero. Por razones prácticas, la posición de la cocina condicionaba al comedor, fijándolo al fondo del solar. El comedor, sin embargo, intentaba restituir su condición noble abriendo vistas hacia el patio.



Fotografía 3.

Entre las piezas nobles del alineamiento y las piezas "sucias" del fondo del solar se acomodaban los dormitorios, colocados en línea justo enfrente al patio y a lo largo de un corredor abierto, herencia de la casa colonial. Así, pues, la conexión entre estos mostraba una condición particular. Por un lado, se disponía de un corredor abierto que permitía una circulación por canalización, dando la posibilidad de una circulación independiente al resto de las zonas de la casa. Además en el interior, los dormitorios se abrían entre sí, formando una matriz de piezas subordinadas con una segunda circulación por filtración. Por un lado los dormitorios se conectaban al corredor exterior como manzanas a un árbol, y en el interior las piezas estaban enlazadas como nudos en una cuerda. Observando otros tipos habitacionales, el doble sistema de circulación se muestra como una característica regular.

Una de las operaciones de mayor magnitud en la Ciudad de México hacia 1913, denominada El Buen Tono, está constituido por viviendas superpuestas a lo largo de calles interiores una suerte de proto-apartamentos. En el interior, la célula está organizada dentro de un modelo decantado de la casa "de alcayata". Las zonas de recepción y servicio se conectaban por canalización, a través de un corredor abierto a un patio de luces, alejándolas entre sí. Los dormitorios se agrupaban al lado opuesto. Y aunque no se conectan por filtración, en una matriz subordinada, se reúnen alrededor de un núcleo íntimo, constituido por el pequeño pasillo que reúne también al baño. El paso al núcleo íntimo desde el patio está, sin embargo, condicionado al cruce de uno de los dormitorios.



Fotografía 4.

Si anteriormente, cuando surgió el modelo de casa "de alcayata", se puede hablar apenas de una fragmentación del legado de la casa colonial, en el cual los valores y zonificaciones continúan operando regularmente, la década de los veintes rompe sustancialmente con la herencia. Desaparece la codificación de piezas nobles y de piezas sucias, y desaparece el doble sistema de circulación. Aunque la inoperatividad del modelo "de alcayata" se puede atribuir a condicionantes urbanas que requerían modelos aún más compactos y verticales debido principalmente a la alza de precios de solares y reducción de su tamaño. Su desaparición se puede atribur también a cambios culturales.

Según se leía en una publicación de los veintes: "...el valor total de los terrenos aumentó (...) se inició la etapa del lote pequeño (...) de cien a ciento cincuenta metros que estuviera al alcance de la gente modesta (...) Concomitantemente se desarrolló la casa pequeña en la cual se pensó ya en todas las comodidades como garage, cuartos de baño, clósets y demás invocaciones de una ciudad civilizada. Se levantaron residencias en lotes de seis metros por quince metros, y a la vez la pequeñez le atribuía un aspecto de mayor intimidad, los techos se hicieron mas bajos, las puertas mas pequeñas…" [5]

Las casas unifamiliares comenzaron a replegarse hacia el interior del solar, insertando un volumen de aire en la zona antes reservada a las piezas nobles. La imagen urbana también cambió, efecto percibido en la época según se lee en la descripción de una casa en 1925: "el arquitecto se empeña por centrar la casa en el lote, dejando una buena parte del jardín hacia el frente y lo bastante atrás para los servicios naturales de la casa. Frecuentemente se procede en forma inversa, acercando hasta el alineamiento de la calle las fachadas" [6].

Se abren así las puertas hacia nuevas modalidades de habitar a partir del primer cuarto del siglo XX. Se puede adelantar, como uno de los primeros cambios internos, la introducción del hall dentro de la estructura habitacional, cuya naturaleza distributiva incita a reorganizar el espacio doméstico. Francisco José Serrano, uno de los arquitectos más innovadores en arquitectura doméstica de los treintas y cuarentas, comenta el proceso de evolución:

"Todo el aspecto de la construcción cambió, porque cambió la manera de vivir; las casas antiguas eran muy grandes (...) tenían la entrada, un zaguán, la sala, un corredor con las recámaras a los lados, al fondo el comedor y detrás el comedor o jardincito o un patio de servicio. En la época que hablamos, se empezaron a hacer las casas con distribución central, con el hall reuniendo las piezas. Es funcionalismo, pero propiamente es efecto de nuestra Arquitectura Internacional, efecto de los americanos. El americano tiene la casa del hall por el tipo de clima frío, pero en México se vio que era muy favorable, para hacer las casas más económicas, quitar el corredor de intemperie y poner la casa central y hacer la iluminación por todos lados (sic). Esto cambió un poco el tipo de distribución de las casas, además de que había cambiado el tipo de construcción, cambio el tipo de distribución" [7].

El hall introdujo una nueva forma de distribución. Según Enrique Ayala, "en su esquema organizativo, el patio central ha sido cubierto, perdiendo así su función como centro vital y se torna en un amplio vestíbulo. Al dejar de existir el patio, por donde la casa tradicionalmente recibía luz y aire, se tuvieron que abrir ventanas en el perímetro (...) un nuevo orden en la compartimentación del espacio" [8].



Fotografía 5.

En el interior, la introducción del hall surtió un efecto catalizador para la consumación del sistema moderno de intimidad de los dormitorios independientes, pues su naturaleza articuladora facilita la autonomía y otorga privacidad a las habitaciones, al tiempo que organiza el esquema de tal forma que favorece la disociación e incita su disgregación de la matriz de piezas subordinadas. En este nuevo esquema, el espacio familiar ensimismado se sustituye por un dispositivo de espacios articulados alrededor del hall, nuevo escenario de la vida privada.

Notas

1. Garay Arellano, Graciela de, "La obra de Carlos Obregón Santacilia", México: SEP/INBA, 1979, p. 24.
2. Una recopilación de ejemplos de la casa "de alcayata" se pueden consultar en Franklin Unkind, Raquel. "La casa porfirinana", México: Universidad Nacional Autónoma de México (tesis de maestría sin publicar), 1994, identificados como "casa sola". Y también en Martín Hernández, Vicente, "Arquitectura doméstica de la Ciudad de México", México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1981.
3. Mariscal, Federico, "La casa poblana es uno de los modelos típicos de las habitaciones de la época virreinal", Excélsior, 23 marzo 1924.
4. La distinción entre "piezas habitables" y "piezas no habitables" persiste dentro del Reglamento de las construcciones de la Ciudad de México, Eusebio Gómez de la Puente Editorial, México, 1921.
5. "Proceso de mentalidad de nuestro público en materia de construcciones y fraccionamientos", Excélsior, 30 agosto 1925.
6. "El problema de la distribución en lotes pequeños", Excélsior, 16 octubre 1925.
7. "Entrevista con el ingeniero civil y arquitecto Francisco J. Serrano", Construcción Mexicana, octubre 1981.
8. Ayala Alonso, Enrique, "La casa de la Ciudad de México: Evolución y transformaciones", México: CNCA, 1996, pp. 97 y 101.

Fuentes de las imágenes.

1- Martínez de la Cruz, Carmelina, La vivienda doméstica en el siglo XIX, UNAM (Tesis de maestría en arquitectura sin publicar), México, 2000.
2- Martín Hernández, Vicente, Arquitectura doméstica de la Ciudad de México (1890-1925), UNAM, México, 1981.
3- Tello Peón, Berta, Santa María la Ribera, Clío, México, 1998.
4- Martín Hernández, Vicente, Arquitectura doméstica de la Ciudad de México (1890-1925), UNAM, México, 1981.
5- Ayala Alonso, Enrique, La casa de la Ciudad de México: Evolución y transformaciones, CNCA, México, 1996.

Bibliografía

Ayala Alonso, Enrique, "La casa de la Ciudad de México: Evolución y transformaciones", México: CNCA, 1996.
"El problema de la distribución en lotes pequeños", Excélsior, 16 octubre 1925.? "Entrevista con el ingeniero civil y arquitecto Francisco J. Serrano", Construcción Mexicana, octubre 1981.
Franklin Unkind, Raquel. "La casa porfirinana", México: Universidad Nacional Autónoma de México (tesis de maestría sin publicar), 1994.
Garay Arellano, Graciela de, "La obra de Carlos Obregón Santacilia", México: SEP/INBA, 1979.
Mariscal, Federico, "La casa poblana es uno de los modelos típicos de las habitaciones de la época virreinal", Excélsior, 23 marzo 1924.
Martín Hernández, Vicente, "Arquitectura doméstica de la Ciudad de México", México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1981.
"Proceso de mentalidad de nuestro público en materia de construcciones y fraccionamientos", Excélsior, 30 agosto 1925.?

Alejandro Pérez-Duarte Fernández