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Ciudad ¿obras de la mente, el azar o un sueño?
Yhessy Aurora Paredes Chávez
Ocurre con las ciudades como con los sueños: todo lo imaginable puede ser soñado pero
hasta el sueño más inesperado es un acertijo que esconde un deseo, o bien su inversa, un
miedo. Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque
el hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas, y
toda cosa esconda otra… …De una ciudad no disfrutas las siete o las setenta y siete
maravillas, sino la respuesta que da a una pregunta tuya.
(Italo Calvino, 2012)
"Toda la vida en las sociedades donde rigen las condiciones modernas de producción se
manifiesta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que antes se vivía
directamente, se aleja ahora en una representación."
(Guy Debord, 1967).
Dos citas un poco contradictorias, un concepto en cuestión: la ciudad, ¿obra de la mente, el azar o un sueño?
La ciudad, ¿por qué la ciudad? Porque a la ciudad la vemos como espacio, como experiencia y como diversidad social, vislumbrar el entorno urbano, es decir, la ciudad, demanda que actualmente se tenga una mirada abierta. Lo que no debemos hacer es abordar al espacio urbano solamente como la dimensión física de la ciudad, sino que es primordial añadir la experiencia de quienes la habitan. Y esta imagen se perfecciona con que las experiencias de vivir en una ciudad son diversas y penden de las expectativas, los logros, las frustraciones, etc., de los sujetos. Raymond Ledrut (1974) nos comenta que la ciudad "…no es una suma de cosas, ni una de éstas en particular. Tampoco es el conjunto de edificios y calles, ni siquiera de funciones. Es una reunión de hombres que mantienen relaciones diversas" [1].
Entonces cómo diseñar una ciudad, interpretando palabras de Guy Debord en el proceso proyectual; las pautas de diseño no son las imágenes visuales mediatizadas, que imponen las relaciones sociales. Las pautas son por esencia el habitante mismo y sus relaciones sociales reales. Es por esto que el usuario es de suma importancia en el diseño; cabe mencionar a Kevin Lynch, quien nos señala que los usuarios, el habitante y todos nosotros "...tenemos la oportunidad de constituir nuestro nuevo mundo urbano en un paisaje imaginable, es decir, visible coherente y claro. Esto exigirá una nueva actitud por parte del habitante de la ciudad y una remodelación física de su dominio en formas que extasíen la vista, que por sí mismas se organicen en nivel en tiempo y espacio, que puedan representar símbolos de la vida urbana" [2].
La ciudad se crea mucho antes que en su arquitectura se establezca precisamente, en sus valores, en su cultura, en su gente, en cómo la habita, en sus estilos de vida, es decir, nosotros vivimos la ciudad cuando se tienen los pies en la tierra, sin embargo, la habitamos en la cabeza por medio de la mediatización como nos dice Vargas Llosa, que la civilización del espectáculo tiene una característica que es el empobrecimiento de las ideas como fuerza motora de la vida cultural. Hoy vivimos la primacía de las imágenes sobre las ideas. Por eso los medios audiovisuales, el cine, la televisión y ahora Internet han ido dejando rezagados a los libros, los que, si las predicciones pesimistas de un George Steiner se confirman, pasarán dentro de no mucho tiempo a las catacumbas [3]. Entonces la creamos a base de valores, o empobrecemos nuestras ideas con tantas imágenes, Debord nos dice que las meras imágenes (visuales) aun combinadas con las auditivas que generan "apariencia" las convertimos en reales de tal manera que en el diseño resulta ser alienante para el habitante, por que privilegian solo al sentido de la vista mediatizada [4].
Podemos ver el claro ejemplo en aquellas personan que compran casas en zonas altamente populares, con vecinos de renombre, que lo único que están comprando es "apariencia", "moda" sin pensar lo que realmente les pude ofrecer esa vivienda, si cumple con sus expectativas, costumbres o modos de habitar; también nos comenta que "que el espectáculo es el mal sueño de la sociedad moderna" que no expresa más que su deseo de dormir. En este sentido si las pautas de diseño son regidas por ese espectáculo la resultante es una incoherencia [5]. Lo que me hace recordar aquella casa que visite en alguna ocasión, casa de un luchador con gustos curiosos, quien solía comprar excentricidades a mi tía, una vendedora de antigüedades de todo tipo, el luchador quien desde mi punto de vista compró un mal sueño de la sociedad moderna, su casa, una casa minimalista, una casa moderna, pero una casa curiosa; él compró sólo un cascaron moderno, pero fue su interior curioso al grado del kitsch, gran cantidad de estilos, y gustos diversos, donde imprimió la esencia misma del habitante, lo que resulto una Incoherencia.
El espectáculo es la concretización del "exilio de los poderes humanos a la nada" (G.D. 20), Cuando no tomamos en cuenta estos poderes humanos en este proceso proyectual pasa como cuando a algunas comunidades indígenas les otorgan casas, creyendo que esto solucionara sus problemas, sin tomar en cuenta sus formas de obtener, preparar, servir e ingerir los alimentos, sus prácticas, creencias, ritos, ceremonias, tradiciones o costumbres, en ciertos casos utilizan la cocina como gallinero, que mejor tener a sus gallinas protegidas y utilizar su jardín para cocinar, o en otros casos, donde el wc lo llegan a utilizar como macetero y construyen su baño afuera, simplemente lo llevan a la nada. Como arquitectos hoy en día parece que estamos en una precisa y perfecta escisión, ya que nuestros diseños tienden a un exilio de los poderes humanos, otro ejemplo es que aunque las tendencias apunten al minimalismo, frecuentemente encontramos en la ocupación de estos espacios la protesta a ellos, continuando con Guy Debord, quien argumenta que el espectáculo es el mal sueño de la sociedad moderna encadenada, que no expresa más que su deseo de dormir, hoy en día en el hogar el centro del espectáculo es el artefacto de la mediatización que es la televisión, en nuestras casas debe dar cabida la convivencia de la familia, la cocina es uno de los lugares que proporcionan esta convivencia, sin embargo, el espectáculo absorbe a los habitantes alejándolos de todo.
El diseño de las casas sería diferente, si se considera que la vivienda se puede re significar, tomando en cuenta al usuario en el transcurso del tiempo, para que el diseño sea flexible, adaptable, para luchar contra el espectáculo, que nos enajena, nos duerme y nos lleva al mundo de las apariencias. Para el área de diseño arquitectónico es indispensable el dialogo con las esencias del ser humano para de ellas decantar las pautas, a las cuales deberá estar sujeto todo lo referente a lo cuantitativo, [6] por lo tanto debemos restablecer la relación con los usuarios.
Y como nos dice Catells: El origen y quizá el destino mismo de la ciudad parecen estar estrechamente vinculados al despliegue tecnológico que le garantiza seguridad y comodidad al citadino habitante; "es indiscutible el papel esencial que la tecnología juega en la transformación de las formas urbanas" [7], sin embargo, no debemos satanizar esta sociedad o civilización del espectáculo, precisamente los responsables de las pautas somos nosotros los arquitectos, los encargados de tener un dialogo y obtener de ello no sólo el espectáculo, sino la esencia y los poderes humanos, ya que es bueno si hay dialogo con el espectáculo, pero no un sometimiento a él, el espectáculo es el poder económico de hoy en día, y queremos un dialogo con él, pero no un monólogo auto elogioso de él.
Considerando esto, la imagen la podemos utilizar como una estrategia, tratando de ver a la ciudad como la mejor posible, como un ideal para vivir, producir, competir, la ciudad debe seducir, por eso la imagen y la mediatización no la debemos del todo odiar, es importante porque detrás de ellas hay recuerdos, novelas, relatos, notas de viajes, poetas, tal como pasa con los relatos de Italo Calvino. "Las ciudades invisibles" son un sueño que nace del corazón de las ciudades invivibles, y quien nos dice que la imagen de la "megalópolis", es la ciudad continua, uniforme, que va cubriendo el mundo, la ciudad es un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje.
Por consecuente, la ciudad no es sólo mente o azar, es creada por el hombre, por su mente, por su imaginación, por la experiencia urbana y por la mediatización, creando ciudades de sueños, propaganda, luces, siempre transformándose, mutando, cambiando, por la cultura y sus usuarios.
Notas
1. Ledrut, R. "El espacio social de la ciudad", Buenos Aires: Amorrortu, 1974, pp. 23,24.
2. Lynch, K., "La imagen de la ciudad", Barcelona: Gustavo Gilli, 1984.
3. Llosa, M. V. "La Civilizacion del Espectáculo", Madrid: Santillana Ediciones Generales, S. L. 2012, p.13.
4. Debord, G., "La Sociedad del Espectaculo". Paris: Ediciones Naufragio, 1977, p. 18.
5. Debord, G., "op. cit", p. 21.
6. Debord, G., "op. cit", p. 23.
7. Castells, M. "La cuestión urbana", 4ª edición. Mexico: Siglo XXI Editores, 1977, (318 pp).
Bibliografía
Calvino I., "Las Ciudades Invisibles", Madrid: Siruela, 2012.
Castells, M. "La cuestión urbana", 4ª edición. Mexico: Siglo XXI Editores, 1977.
Debord, G., "La Sociedad del Espectaculo". Paris: Ediciones Naufragio, 1977.
Ledrut, R. "El espacio social de la ciudad", Buenos Aires: Amorrortu, 1974.
Llosa, M. V. "La Civilizacion del Espectáculo", Madrid: Santillana Ediciones Generales, S. L. 2012.
Lynch, K., "La imagen de la ciudad", Barcelona: Gustavo Gilli, 1984.