Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.

Espacio en el espacio: arquitectura donde se expande el alma

Karina Contreras Castellanos

"Yo, por mi parte, siempre supe que ahí estaba el territorio
de la libertad, que me ensanchaba la vida."
Montes La Frontera Indómita



Como una de las consecuencias de la etapa histórica conocida como modernidad, la contemporaneidad de la vida urbana del mundo occidentalizado somete a las personas a transcurrir su cotidiano en medio de una constante estimulación, donde se percibe una vorágine de información, sucesos, y ritmos que distraen de asuntos más vitales, como lograr una existencia significativa. Lo cual puede partir del cultivo del autoconocimiento, la conciencia y la reflexión, para ir construyendo la individualidad completa del ser humano, trabajando por un equilibrio en cuerpo, mente y alma en relación con lo que lo rodea. Pero para ello, el individuo debe primero satisfacer sus necesidades básicas, que incluyen encontrar ciertas cualidades en su hábitat, como inicio del proceso de su desarrollo en plenitud. La arquitectura crea espacios para albergar la vida humana, por lo tanto incide en ella, aun cuando desde su génesis creativa no se haya planteado una intencionalidad o compromiso ante la responsabilidad que esto implica.

Dentro de una realidad cada vez más demandante, donde los ideales modernos han entrado en crisis, nuevas corrientes de pensamiento buscan romper con antiguos paradigmas. En la aún, en construcción, llamada posmodernidad [1], todas las ramas del conocimiento humano se han replanteado sus conceptos, se asume al mundo ahora como un sistema complejo donde el todo depende de cada parte que incide en otra, se difuminan los límites, se cuestiona la trascendencia de la vida humana y todos los fundamentos bajo los que se desarrolló la metafísica occidental.

La arquitectura no está exenta de estos cambios y cuestionamientos. Hoy ya no es considerada sólo arte en términos tradicionales, pues requiere la interdisciplina y no sólo de los juicios estéticos. También es tecnológica, cultural, política, está inserta en el mercado, afecta al medio ambiente y debiera cumplir una función social para el habitar. Así se ha complejizado y necesita repensarse desde los otros ámbitos del conocimiento para enriquecerse.

En esta reflexión desde la filosofía y otras artes se aborda el tema del espacio como materia prima para el arquitecto que lo diseña y para el ser humano que lo percibe y habita como parte de la formación de sí mismo y del acontecer de su vida ¿A qué me refiero cuando hablo de: espacio en el espacio, arquitectura donde se expande el alma?

Desde el punto de vista filosófico, el pensador alemán Martin Heidegger [2] nos lega, junto con otros que conformaron la fenomenología [3], el concepto de espacio existencial, el cual nombra raum, este va más allá de la delimitación física del lugar que representa. El ser lo abre, por lo tanto el espacio se hace, a esta capacidad del ser, Heidegger la denomina espaciar y la describe de la siguiente manera: "constitutivo del ser en el mundo, es un dar espacio. Este dar espacio, que llamamos también espaciar, es el dar libertad en su espacialidad. Este espaciar es el previo descubrimiento de una posible totalidad de sitios a su ser en el mundo es inherente el espaciar comprendido como existenciario" [4]. En sus nociones, Heidegger nos presenta con esto una especie de doble o incluso múltiple condición del espacio, a partir de lo cual empiezo a construir la idea de espacio en el espacio, que es donde en la espacialidad se puede descubrir el espacio cuando se le da libertad.

Por su parte muchos años después, el filósofo francés Jaques Derrida [5] como otros post estructuralistas, busca con sus ideas superar los límites tradicionalmente conocidos, cree en el acontecer libre de las cosas que no podemos predeterminar, por lo tanto apuesta por crear la libertad en el espacio, o dejar al espacio en libertad.

Lo cual el teórico italiano Roberto Masiero explica así: "En Derrida, lo posible no puede ser sino abandonado a la libertad de su acontecer [de modo análogo a Heidegger], pero en cualquier caso, se le debe hacer un lugar, se le debe dejar libre su espacio deconstruyendo. La arquitectura se convierte entonces en un acontecimiento compuesto por lugares y espacios, donde no hay nada cerrado, que existe sólo en tanto haga posibles los eventos particulares" [6].

Buscar y crear lo que llamó, espacio en el espacio, significa entonces, a partir de estos términos que lo inspiran, capitalizar el potencial del mismo, creando espacio existencial en el espacio arquitectónico, si es que en éste se posibilitan de manera libre, los acontecimientos que significan la vida para el ser humano íntegro. Heidegger nos lleva a reflexionar en otros textos, como el derivado de su conferencia de 1951, "Construir, Habitar y Pensar", en cómo para habitar se requiere que el ser encuentre las condiciones necesarias para cuidar, cultivar, pensar, sentirse en paz, confianza y seguridad. Así, el construir y habitar van más allá del espacio concreto, para resaltar la importancia de que el ser se construya a sí mismo al habitar el mundo.

¿Cómo puede la arquitectura intervenir en esta construcción, ante una realidad que se nos presenta muchas veces inequitativa por no ofrecer las mismas condiciones de habitabilidad a todas las personas; o dentro del ritmo vertiginoso en el que convivimos con su constante sobre estimulación y enajenación materialista que banaliza el desarrollo sensible y espiritual otorgándole muy poco espacio/tiempo?

El arquitecto (que es también habitante) puede adquirir conciencia de la incidencia de los espacios que crea sobre los seres humanos y su mundo, desde la vivienda hasta la urbe, a todas las escalas. Se puede entonces fomentar el diseño de un habitar significativo. Esto es tener presente, desde el inicio del proceso creativo, el ofrecer propuestas que doten de todas las cualidades necesarias, no sólo para que se lleven a cabo las actividades requeridas, si no que esto se haga de manera óptima, trascendiendo la funcionalidad y la forma. Para ello se requiere tomar en cuenta la complejidad existencial humana: lo corpóreo, lo mental y la dimensión espiritual, que a su vez debe encontrar punto de equilibrio y respeto con el contexto circundante. No es pretender predeterminar un modo de vida, ni que con el diseño del espacio se resuelvan los conflictos sociales, económicos y políticos que escapan al quehacer arquitectónico, pero es, como arquitecto comprometerse para aportar lo que corresponde desde la profesión e interactuar con otras disciplinas. Es esforzarse para ofrecer las condiciones que satisfagan las necesidades del habitante y lo influyan en lo posible provechosamente. A partir de esto, se puede contribuir a que el ser humano encuentre mejores oportunidades de vida y formación de sí mismo, como individuo. Pero para llegar al alma y expandir el espíritu, es necesario ir más allá. Aun cuando en la posmodernidad, la arquitectura ha trascendido su valor puramente estético (y el mismo arte se ha revolucionado a sí mismo), es desde esta dimensión artística que podemos acercarnos a la profundidad humana.

Estudiando la conmoción del alma, descubrí que: "Lo sublime conmueve, lo bello encanta" [7]. Como decía el filósofo Immanuel Kant [8] en el siglo XVIII. Este sentimiento, hace que lo emotivo domine a la razón, eleva, rapta y transporta más allá del entendimiento. Surge un sentimiento de grandeza inexplicable en dos polos, el placer excelso y el temor ante lo inabarcable para la mente. Se considera que la conmoción es la emoción máxima que se puede experimentar. Se dice que ilumina, por ello alcanza los niveles más sutiles y recónditos del ser humano. Estas indagaciones llegaron hasta la estética de lo sublime contemporáneo, como uno de los paradigmas que marcan el inicio del periodo posmoderno en la teoría arquitectónica según algunos autores [9].

Debo hacer la acotación que esto no tiene que ver con el estilo que conocemos como arquitectura posmoderna, se refiere más bien al momento histórico de crisis de los fundamentos de la modernidad para replantear otros. Arquitectos como Peter Eisenman o Anthony Vidler han abordado el tema de lo sublime desde su extremo más perturbador, donde en la contemporaneidad lo encuentran presente, por ejemplo, en lo que produce el caos urbano sobre la psique humana. De ahí se han derivado otras nociones a investigar, tales como lo indeterminado, lo sagrado y luminoso, el silencio y el vacío. Es aquí donde el vacío sublime, como potencia para contener el origen, y como pausa revitalizadora del espíritu, se conecta con crear espacio en el espacio.

Además está la cualidad poética de la arquitectura, donde me permito mencionar a Heidegger una vez más: "Todo arte es en esencia Poesía" [10]. Esto no implica que las demás artes estén subordinadas a la literatura. Más bien se refiere a la capacidad que tiene lo poético para fundar alcances inéditos en el lenguaje, comunicando nuevos significados, pues su material intangible lo permite, metaforizando nos contacta a mundos mucho más amplios que en el que nos inscribimos en la realidad. La poesía es la cuna de la significación que transforma al espíritu.

Aunque la arquitectura tiene sus limitaciones por su condición utilitaria y concreta, sí contiene cualidades poéticas, donde a partir de lo que se sugiere, evoca lo emotivo y el habitante pude terminar de construirlo desde su experiencia. Estas cualidades sólo es posible desarrollarlas en el proceso de diseño cuando en principio, el proyecto satisface las necesidades primarias de la mejor manera y las trasciende al buscar el habitar significativo.

Podemos detectar en algunos espacios existentes estas cualidades, estos se pueden encontrar en el interior de nuestras habitaciones, edificios y por la ciudad entera, son esos lugares donde la vida acontece libre y que nos inspiran a cambiar el ritmo de la cotidianidad insulsa. Desde el rincón acogedor donde preferimos leer en casa, la calle arbolada que hace nuestro recorrido más agradable, o el patio interior de algún edificio que se nos presenta con el correr del agua de su fuente como un oasis en el trajín urbano. También existe la posibilidad de crear espacios de potencialidad poética, en cada proyecto, de cualquier índole. Con intervenciones que van desde el detalle que hace la diferencia y enmarca en la ventana el árbol del exterior que junto con el rayo de sol nos despiertan como primera visión del día, o el pavimento en cuya textura se proyectan las sombras del jardín donde los niños juegan, hasta la propuesta de una plaza pública donde se da el encuentro social en armonía con su diversidad, simplemente porque esta invita a estar.

Cuando el alma humana descubre como espaciar en el espacio arquitectónico, ésta se expande, la vida le significa. Sucede cuando en este vacío de cualidad poética que detecta, el ser lo siente confortable (cuerpo), percibe paz y seguridad para ser y estar (mente). Halla confianza para desplegar su mundo íntimo y el que comparte con los otros (apropiación). Trasciende la tridimensionalidad del espacio, y se topa con un lugar en el cual se identifica (identidad). Así la arquitectura termina de decantarse al espíritu cuando el habitante la completa con sus experiencias, emociones, sueños, imaginación y memoria, y le comparte su universo sagrado. Aquí, al relacionarse con su entorno, se conoce a sí mismo, hay sitio para socializar y para la introspección, fluye y va tejiendo los eventos de su cotidiano, el tiempo se ensancha por instantes, dándole sentido y repercusión a su efímera existencia.

Esta es una manera en el que el ser descubre espacio en el espacio para habitar en libertad y construirse a sí mismo en su complejidad entera, y los arquitectos entramos a un territorio sensible desde donde nuestra labor creativa puede inspirarse. Al final ambos nos encontramos en un punto donde se puede expandir la vida.


Notas

1. El término se entiende como el conjunto de movimientos artísticos, culturales, filosóficos que se han manifestado desde el siglo XX en oposición a las ideas rectoras del periodo histórico de la modernidad. En arquitectura, el inicio de la posmodernidad se ubica en la década de los sesentas según algunas posturas teóricas.
2. Heidegger, Martin, (1889-1976) Filósofo alemán discípulo de Husserl. Sus trabajos, principalmente inscritos dentro de la fenomenología han influido notablemente el pensamiento filosófico contemporáneo. Replanteó cuestionamientos sobre el ser y analizó diversos temas tales como el construir, habitar y la poesía desde el punto de vista filosófico.
3. Se refiere a la descripción de lo que aparece o la ciencia que tiene como tarea o proyecto esta descripción. Pero la noción actualmente viva es la correlativa al significado de fenómeno, enunciada por Edmund Husserl en las Investigaciones Lógicas de 1900 y más tarde desarrollada por él y sus discípulos.
4. Heidegger, M., "El ser y el tiempo", México: FCE, 1986, p. 127
5. Derrida, Jaques (1930-2004) Filósofo francés que desarrolló el análisis semiótico conocido como deconstrucción, es considerado un post estructuralista representativo de la posmodernidad. El post estructuralismo es una postura que surge en los 60´s derivada de las investigaciones que cuestionaron el predomino del estructuralismo en las ciencias humanas.
6. Masiero, R., "Estética de la arquitectura", España: Machado Libros, 2003, pp. 282,283
7. Kant, I., "Lo bello y lo sublime", México: Espasa Calpe, 1985, p.14.
8. Kant, Immanuel. (1724-1804) Filósofo prusiano (Alemania). Marcan el inicio de la filosofía contemporánea.
9. Nesbitt, K.,"Theorizing a new agenda for architecture", EUA: Princeton Architectural Press. N. Y., 1996, p. 29

Bibliografía


Heidegger, M., "El Ser y el tiempo", México: Fondo de Cultura Económica, 1986.
Kant, I., "Lo bello y lo sublime", México: Espasa Calpe, 1985.
Masiero, R., "Estética de la arquitectura", España: Machado Libros, 2003.
Nesbitt, K., "Theorizing a new agenda for architecture", EUA: Princeton Architectural Press. N. Y., 1996.

Karina Contreras Castellanos