Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.


Un Homenaje entre líneas
El Nuevo Museo de la Acrópolis de Atenas

Claudio Daniel Conenna

"...Después de dos mil años, los que han visto el Partenón han sentido
que había en él un momento decisivo de la Arquitectura..."
(Le Corbusier, 1977)

El nuevo museo de la Acrópolis "flota" en el terreno con la misma liviandad que una idea lo hace en la imaginación de la mente creativa. Toca el suelo de la realidad sin apoyarse pesadamente en él y mira al cielo como buscando un reflejo de inspiración. Así, podríamos caracterizar la propuesta ganadora del concurso para el nuevo museo de la Acrópolis de Atenas por los arquitectos Bernard Tschumi (Suiza) y Mijális Fotiádis (Grecia). Se trata de una solución apacible y prudente para un tema de enormes y múltiples complejidades.

La multiplicidad está dada ante todo por la idea de construir un museo sobre un terreno en cuya base se hallan ruinas arqueológicas de distintas épocas de la historia, las cuales, deben quedar intactas y al mismo tiempo formar parte del paseo museológico. El lote se ubica al pie de la Acrópolis, a unos 300 metros abajo, en un espacio bastante reducido y en una zona densamente construida de viviendas colectivas. Todo se dificulta aún más ante la necesidad de adaptarse a una topología de frecuentes movimientos sísmicos, a un sitio de intenso calor durante el verano y fuerte luz natural, más las rigurosas reglamentaciones de construcción del lugar. Y como si todo ello fuera poco, el objetivo del museo es alojar nada menos que una colección única de esculturas pertenecientes a la Grecia Clásica más el Friso del Partenón.

Responder con acertada y fina creatividad arquitectónica a tantos desafíos en conjunto, requiere más que nunca de un pensamiento inventivo y claro. En otras palabras, alcanzar en parte el gran reto de la "Pura creación del Espíritu"[1] integrándose al medio físico -al pie del Partenón-, componer con Esprit Nouveau [2] un sistema plástico actuante de modo armónico, neutral y, simultáneamente comprometido con su espacio inmediato circundante. Y por último, utilizar acorde a las posibilidades de nuestro tiempo "las técnicas como la base misma del lirismo" [3], así como lo ha hecho cada arquitectura de vanguardia en su respectiva época. Los vencedores del concurso al intervenir en la Acrópolis parecen encarnar el espíritu corbusierano, no sólo en lo lingüístico o filológico de la arquitectura, sino más bien, en su más honda esencia filosófica: en el compromiso con la actualidad y en el entendimiento profundo de uno de los sitios más significativos de la historia de Occidente.

La propuesta resulta ser una solución de notable sencillez y tiene la virtud de entrar en diálogo con la más absoluta armonía clásica. La ausencia casi causal de composición lingüística exterior concentran la mente del visitante, pura y exclusivamente, en las sorprendentes obras de arte a exponer. El objeto arquitectónico planteado se acerca ideológicamente, por lo revolucionario, al Centrosoyus (Moscú, 1928), donde Le Corbusier plantea un "curtain wall" en un lugar donde la temperatura alcanza a los cuarenta grados bajo cero. En el caso en cuestión sucede exactamente lo contrario, pues se propone un prisma de cristal en un sitio donde la temperatura alcanza los cuarenta grados sobre cero. La solución tecnólogica adoptada, en ambos casos avanzada, coopera en resolver un tema de otra dimensión, podríamos decir, de alcance poético que va más allá de lo climatológico. Se trata de: "el muro neutralizante" también invento corbusierano [4]. Esta respuesta técnica no sólo ofrece la posibilidad de hacer habitable el museo, sino que también, favorece la relación interior-exterior puesto que desde el recorrido interior es posible percibir el Partenón y bajando desde la Acrópolis será posible ir visualizando las esculturas expuestas en el interior del museo.

La propuesta total de recorrido, con fuerte sentido de experimentación espacial y constante variación en la relación espacio-tiempo, la convierte en una obra arquitectónica "cubista". Existe un movimiento espacio-temporal a través de la historia por el concepto de tiempo y espacio planteado para el itinerario museístico. La experiencia del recorrido interior se hace aún más rica al ser considerada la doble alternativa de visualizar las esculturas y a la vez el Partenón en su verdadera magnitud. La respuesta volumétrica resulta de una re-elaboración conceptual clásica de basamento, desarrollo y remate.

La base constituida por pilotís y planta libre, también al modo corbusierano, se hacen presentes con remozada fineza y sensibilidad, logrando de este modo, que el objeto arquitectónico se despegue del terreno para permitir la integración del exterior con las ruinas arqueólogicas existentes. El desarrollo diseñado en dos niveles y forma trapezoidal, resulta ser el sector que aloja parte de la exposición, la cual cubre, temporalmente desde la antigüedad hasta el imperio romano, un anfiteatro y un restaurante con vista hacia la Acrópolis. El remate conforma el espacio más importante del museo: la sala ortogonal del Partenón, organizada alrededor de un vacío y contenida por un prisma vidriado, el cual, permite una iluminación ideal a las esculturas expuestas y una relación visual directa hacia la Acrópolis. La estrategia ensayada en la implantación, su carácter simbólico y su representatividad tipológica, más su diseña de sencillez elemental, hace que este proyecto se aproxime a las estrategias corbusieranas sobre las propuestas edilicias de gran escala tal como las considera Alan Colquhoun en uno de sus ensayos sobre Le Corbusier: "The Strategies of the Grands Travaux" [5]. En él, se examinan tres principios básicos que caracterizan a tales obras; primero, la necesidad de adaptarse al sitio específico dentro del contexto urbano; segundo, crear un edificio con presencia simbólica y tercero, establecer con el edificio un tipo representativo. En las cuatro obras que analiza [6] descubre como común denominador compositivo el concepto de lo elemental, intentando significar con ello, la utilización de formas sencillas para resolver los programas arquitectónicos complejos, sean éstas o bien formas lineales en barra o masas concentradoras centralizadas.

El museo de la Acrópolis, con su clara respuesta formal cúbica materializada sólo en cristal, hormigón y mármol, con su sensato sentido de pertenencia en un sitio urbanamente comprometido, como lo es el lote Makrygianni, y representando simbólicamente la proporcionalidad matemática y armónica clásica del Partenón más una respuesta con un tipo casi único de museo, se acerca al espíritu filosófico corbusierano para las obras de gran complejidad y escala. Como conclusión podemos decir que, si bien hay un juego abstracto de estrategias compositivas formales, espaciales y de proporción, encontradas igualmente en otras notorias obras de Le Corbusier [7], es destacable la nota creativa de actualización y renovación de las mismas con una sensible respuesta minimalista para agredir lo menos posible al contexto. Este gesto de diseño que apunta a la anonimidad del continente en pos de jerarquizar la trascendencia del contenido, es de resaltar con mayúscula, más aún hoy, donde vivimos un período de hiper-expresividad formal en la museística contemporánea. El Nuevo Museo de la Acrópolis, casi sin una intención ex-profesa, homenajea doblemente a Le Corbusier. En primer lugar, y más literalmente, por la abstracción que hacen sobre distintos temas de diseño que se encuentran en su obra y segundo, por la metodología de composición adoptada, abstrayéndose y transportando ideas-conceptos fundamentales con la misma creatividad y fineza que lo hiciera él con la historia en general y con el Partenón en particular.


Notas

Le Corbusier, "Hacia una Arquitectura", Barcelona: Apóstrofe, 1977, p.180.
1. Ídem, pp.161-183. "Pura Creación del Espíritu" es el título del capítulo dedicado a la Acrópolis de Atenas y en especial al Partenón.
2. Le Corbusier, "L'Esprit Nouveau", Paris: Revista internacional de actividad contemporánea, 1920, p.21.
3. Le Corbusier, "Precisiones", Barcelona, 1999, pp.53-87. "Las técnicas como la base misma del lirismo", es el título de la segunda conferencia dictada por Le Corbusier en Buenos Aires en octubre de 1929.
4. Le Corbusier, "Textos sobre Grecia, fotografías y dibujos", Atenas, 1985, pp.131-145, "Aire, Luz y Sonido", título de la conferencia dictada en el Politécnico Nacional Metsobio de Atenas en 1933.
5. A. Colquhoun, Modernity and the Classical tradition, architectural essays 1980-87, Massachusetts, 1991, pp. 121-161.
6. El Palacio de las Naciones, Ginebra (proyecto 1927), El Centrosoyus, Moscú (proyecto 1928), El Ejército de Salvación, París 1931, y el Palacio de los Soviets, Moscú 1931.
7. Tales como: la Villa Savoye, el Monasterio La Tourette, el edificio para los Millowners, la Villa Shodan, el Palacio de la Asamblea de Chandigarh y el Centro de Artes Visuales Carpenter.

Bibliografía

A. Colquhoun, Modernity and the Classical tradition, architectural essays 1980-87, Massachusetts, 1991.
Le Corbusier, "L'Esprit Nouveau", Paris: Revista internacional de actividad contemporánea, 1920.
___________, "Textos sobre Grecia, fotografías y dibujos", Atenas, 1985, "Aire, Luz y Sonido", título de la conferencia dictada en el Politécnico Nacional Metsobio de Atenas en 1933.
___________, "Hacia una Arquitectura", Barcelona: Apóstrofe, 1977.
___________, "Precisiones", Barcelona, 1999,

 

Claudio Daniel Conenna