La interpretación equivoca de la arquitectura a través del espectáculo
por: Luis David Camacho Rodríguez
“La arquitectura moderna produce y reproduce los cimientos antiarquitectónica de la época moderna. Y como la época moderna ha perdido arquitectónica carece también de una verdadera arquitectónica.” Karel Kosik 2012: 55
Parece que hay ciertos momentos, escalas, niveles del ejercicio concreto de esta llamada profesión de diseño, en los que ocasionalmente aparecen lo arquitectónico pero también lo antiarquitectónico [1]. Aquí se hablará sobre el “espectáculo” en la arquitectura, donde no hay un solo territorio o un solo momento donde nose presente el “espectáculo”. Sin embargo, para abordar este ámbito, primero se debe conocer algunos aspectos sobre cultura.
En el libro “La civilización del espectáculo” de Vargas Llosa, menciona a T.S. Eliot, donde nos dice que la cultura enfatiza una estructura tradicional de una “minoría de élite”, que es la cuidadora de la alta cultura, y que la desaparición de ese grupo élite, establece jerarquías y paradigmas estéticos. Asimismo, está estrechamente relacionada con el mercado y la mercantilización de la cultura, es decir, no es posible diferenciar la élite cultural de otros niveles más bajos, pero la razón de ello es: el intento de democratizar la cultura y colocarla al alcance de todos.
Lo anterior se presenta en la arquitectura, a través de la interpretación de la cultura, pero de manera genérica, donde se produce una cosa para un sujeto genérico, para el alcance de todos, al respecto Vargas dice, “Su intención es divertir y dar placer, posibilitar una evasión fácil y accesible para todos sin necesidad de formación alguna, sin referentes culturales concretos y eruditos.” (Vargas 2012: 27) Esto puede encontrarse en algunas edificaciones que corresponden al ámbito del espectáculo, más adelante se hablará de ejemplos asociados a esto.
Puesto que, cuando sucede el espectáculo; privilegiando solamente el sentido de la vista, convirtiéndose en una terrible ideal o idea errónea en la Arquitectura, y por ello está en degradación, Vargas se pregunta ¿Por qué la cultura se está volviendo más banal y superficial? Tal vez la causa ha sido por un mundo sin valores estéticos, en que las humanidades no son más que formas secundarias de entretenimiento, donde el propósito del arte solía ser un examen crítico de la condición humana, moral y un intento de trascendencia; se podría decir que antes las cosas eran para la inteligencia humana, y ahora, se encuentra a la misma escala de las cosas del presente, pero en este caso son para el ojo, es para la vista únicamente.
En otras disciplinas similares a la arquitectura se enfocan en un solo sentido externo, sin embargo, logran traspasar los sentidos internos; quizá no debemos ser músicos o poetas, que son disciplinas que se enfocan exclusivamente en un sentido, pero la sinfonía y la poesía hacen su trabajo con sutileza [2], hacen posible que las personas traspasan más allá de la percepción, tocan el alma de las personas. La arquitectura es aún más compleja que cualquier otra disciplina, ya que el espacio tiene que traspasar los sentidos externos e internos del usuario. Entonces, lo primordial es conocer las premisas de nuestro que hacer como arquitectos, ya que las actividades de la arquitectura son lograr lo arquitectónico, no producir espectáculos.
En este caso del espectáculo no puede equivaler a lo arquitectónico, puesto que no existe un acontecer en gran medida y porque percibir o presenciar el habitar [3] es diferente a contemplar algo visualmente; el habitar es lo más esencial en el tiempo y en el espacio, puesto que, no estamos estáticos en el espacio, estamos recorriendo, estamos percibiendo por medio de los sentidos, estamos desplegando con todos los sentidos. En cambio, el espectáculo se presenta como un “arte visual” y el ámbito de contemplarlo en toda su extensión, además, lo genérico se convirtió como una pauta de diseño más para el arquitecto diseñador; y quienes siguen estas reglas, se vuelven los promotores para los aficionados del arte o de la arquitectura, y las personas se vuelven no tan cultos respectos de qué trata la cultura, en qué consiste y en cómo transforma la sociedad, ya que la cultura es algo colectivo.
Si solamente se observan las edificaciones y se capturan través de la fotografía, entonces gran parte de la experiencia del usuario es por medio de la vista y capturar una vista especifica con la fotografía física o virtual, y será el único sentido donde se perciba poéticamente el edificio. Pero lo que sucede hoy en día, lo arquitectónico es reemplazado por algo superficial, por una fachada, según Kosik, “(...) reemplazaron la arquitectónica por algo que exteriormente puede parecerse a la arquitectónica o incluso llamarse así, pero que por su esencia es solamente una impostura o un sucedáneo. Parecerse a la verdad y no serlo significa vivir en lo no verdadero” (Kosik 2012: 55) un ejemplo reciente es la exhibición “Sensing spaces” en la Real Academia de Londres. [4] Los arquitectos quienes participaron fueron Álvaro Siza , Eduardo Souto de Moura y Kengo Kuma, que tuvieron la tarea de presentar su trabajo para una exposición de arquitectura en la Real Academia de Londres, presentaron un laberinto de palos, un monumento de madera habitable y una red de bambú. Sin embargo, fue una representación pobre de arquitectura, un abstract de su quehacer como arquitectos, fue reducido a un performance; un espectáculo.
A causa de estas interpretaciones de arquitectura, lo poético desaparece de las ciudades, como lo menciona Kosik:
“(…) dado que la ciudad moderna es una gran fábrica, un gran depósito y un gran almacén de esta constante corriente de cosas que aparecen vertiginosamente y desaparecen con rapidez, ya obsoletas, ello no puede dejar de tener consecuencias con respecto a su perfil y su atmósfera” (Ibíd: 65)
Lo anterior sucede cuando se pierde la poesía y la intimidad de un espacio, cuando es entrañable, y no es parte del uso diario de la localidad, es perder la totalidad de lo arquitectónico; conlleva a la deshumanización de las personas a través de lo edilicio. Debido a que, la poesía es la premisa para a esta interpretación de mitos, para poder aproximarse al alma de la persona.
Esta exhibición fue en gran parte un arte visual e interactivo, que es la escala o el nivel en que únicamente se percibió la Arquitectura, solamente fue una experiencia puramente visual y de tacto para el entretenimiento y diversión de las personas, como lo aclara Vargas, “La cultura es diversión y lo que no es diversión no es cultura” (Vargas 2012: 31) Entonces, esto atribuye a la idea errónea o equívoca de lo que debe o puede ser la arquitectura, puesto que, se observa algo y se interpreta, entonces se genera esta asociación de la apreciación y diversión con los objetos diseños por los arquitectos, pero a este punto de la historia, en términos coloquiales, la arquitectura debe ser algo “útil” para el público.
El espectáculo en la arquitectura siempre ha sido algo ambicioso, la intención ha sido la divulgación y la celebración de quien ha diseñado cierto edificio, es un intento por escribir sus nombres en la historia; la exhibición de “Sensing spaces” es otra antecedente y contribuyente evidente a formar esta cultura de arquitectura centrada en los nombres de los arquitectos, conocido como el “Star system” [5], irónicamente la intención de los arquitectos quienes participaron en esta exhibición fue revertir esta cultura, pero solo fue un acto más dirigido a esta cultura, una expresión de volumetría y de fachada.
Sin embargo, a diferencia de otras artes, la arquitectura forma gran parte de nuestra vida cotidiana, y a menudo se pasa por alto la capacidad que puede impactar en la forma en que pensamos, sentimos, percibimos, interpretamos; lo que es realmente es o puede ser la arquitectura. Entonces, las instalaciones colaboran a esta idea errónea, que es promover que la arquitectura actúa y es ejecutado por una sola persona.
Además, refirma en producir un solo tipo de arquitectura, y que esté puede llegar hacer una exhibición para el público general, donde las paredes, cubiertas, pisos y la esencia de la persona, se vuelven cosas ajenas para el proceso diseño, sin alguna función para el diseño en este tipo de arquitectura. Es un espectáculo que se apoya en el arte visual como el único sentido o medio para comunicar la arquitectura.
“La diferencia entre aquella cultura del pasado y el entretenimiento de hoy es que los productos de aquella pretendían trascender el tiempo presente, durar, seguir vivos en las generaciones futuras, en tanto que los productos de éste son fabricados, como los bizcochos o el popcorn.” (Vargas 2012: 30)
Hoy en día es muy difícil encontrar una sutiliza, una sensibilidad o un acontecer en la arquitectura, pero es evidente el proceso de diseño carece de ello; las personas se encuentran en un ambiente ambulante, en vez de personas, son espectadores y no hay nada que interpretar, más que solamente observar un “espectáculo” de luces, sonidos, formas, una percepción colectiva únicamente a través de los sentidos externos.
Y a través de ello, es lo más cercano las personas estarán involucradas en el espectáculo de la arquitectura de manera dinámica, y no involucrar el acto de interpretación, puesto que, “La interpretación metafórica vive de la dialéctica o pelea a muerte entre el sentido literal y el sentido metafórico. Es muy hermosa la propuesta de Ricoeur. Pero hay un peligro, y es que la metáfora es, ciertamente, una forma de la analogía, pero la más cercana a la equivocidad” (Beuchot 2013: 26) Debido a que, en ocasiones la arquitectura puede caer en la metáfora, entonces se vuelve difícil de interpretar y es así que cae en la equivocidad; las personas no entenderán y no dirán nada al respecto, para no quedar como ignorantes.
Entonces esto lleva a las imposiciones del poder de diseño, esto se presenta en las extravagancias edificadas y son descritas de manera metafórica por los arquitectos, al respecto Beuchot dice, “Así como la metáfora – que es transformación de sentido – es la raíz de la poesía, así la metonimia – que es pasar del efecto a la causa y de la parte al todo, o sea, explicar y universalizar” (Ibíd: 26) En estos casos del Star system no llega a suceder, a pesar de que la metonimia y la metáfora son figuras poéticas y retóricas, fundan el discurso humano, del mismo modo, el discurso de los arquitectos.
El caso más imponente y evidente de ello es Frank O. Gehry [6], cada una de sus obras confrontan la cultura del lugar e inmediatamente entra al ámbito del espectáculo. La mayoría de sus obras consiste en un evocar e imitar el movimiento de cierto elemento del lugar, un ejemplo sería el Museo Guggenheim de Bilbao, donde la forma emulaba el movimiento del río y la piel asemejaba las escamas de los peces. Es una máquina que genera solamente ingresos para los partidos políticos de Bilbao, “(...) nuestra civilización ha convertido todo lo que toca: una comedia de fantoches capaces de valerse de las peores artimañas para ganarse el favor de un público ávido de diversión.” (Vargas 2012: 134) es un edifico donde te encuentras cara a cara con el poder político y el poder del Star system.
Solamente los habitantes de aquellos lugares, será evidente para ellos el objetivo o la intención de este tipo de edificios, que es, la prohibición de la interpretación y el abandono de la cultura, sino a una cultura cada vez más frívola y superficial, que no tiene un fundamento en la tradición y está en la deriva, como nos dice Vargas, “Su intención es divertir y dar placer, posibilitar una evasión fácil y accesible para todos sin necesidad de formación alguna, sin referentes culturales concretos y eruditos.” (Ibíd: 27) Y es evidente en el proceso de diseño, a través de la interpretación de una cultura, pero de manera global, donde se produce una cosa para un sujeto único, para un público mundial.
En sí, el espectáculo implica estar jugando y presentar de un modo específico o tener un modo de persuadir de un modo específico, no solo se trata de hacer la “fachada” o lograr algo distinto del contexto edificado, también se trata de ejercer una postura identitaria o ideológica frente a otros; es un mensaje dirigido. Las construcciones no se habitan desde sus fachadas, se habita en el adentro, el hombre de la época moderna se siente por encima de todo, porque todo lo ha reducido a papel de materia prima para su bien estar. “El hombre moderno carece ya del sentido de lo sublime y por eso sus edificios son solo imponentes” (Kosik 2012: 69)
En algún momento se perderá la esencia o el sentido de identidad del sujeto a causa de la gran invasión de espectaculares del Star system, esto puede coincidir cuando Paz se refiere a la identidad del pachuco, “El pachuco ha perdido toda su herencia: lengua, religión, costumbres, creencias. Solo quedan un cuerpo y un alma a la intemperie, inerme ante todas las miradas. Su disfraz lo protege y, al mismo tiempo, lo destaca y aísla: lo oculta y lo exhibe. Con su traje –deliberadamente estético y sobre cuyas obvias significaciones no es necesario detenerse-, no pretende manifestar su adhesión a secta o agrupación alguna.” (Paz 2016: 17) Entonces, la cultura debe de alguna manera asemejarse a la producción de la arquitectura.
Y en un futuro, se enfrentará al problema anterior y será imposible descontextualizar para volver a contextualizar, realmente no se podrá reflexionar y solo se seguirá ese instinto de producir algo espectacular para llenar un vacío ficticio de un lugar, para crear una identidad universal en cualquier parte del mundo “(…) se enfrenta al lenguaje como problema artístico y ético. Su obra no es un modelo o una lección sino un estímulo. Por eso nuestra actitud ante el lenguaje no puede ser diversa a la de nuestros predecesores: también nosotros, y más radicalmente que a ellos, (…)” (Ibíd: 178).
Es apropiado decir que el consumo de cultura, hay espacio para ambos ámbitos, lo arquitectónico y el espectáculo, “(…) la cultura no tiene que ver con la cantidad, solo con la cualidad.” (Vargas 2012: 70) sin embargo, no quiere decir que se debe caer en el equivocismo, pero sí reconocer que el espectáculo en ocasiones busca y produce en vano la esencia del lugar y últimamente ha producido cosas pobres, un sentido del vacío. Los espectáculos deben ser una aclaración de las verdaderas intenciones que puede llegar a ser la arquitectura, sobrepasar el fachadismo, no solamente ser una edificación de los deseos y caprichos por parte de los arquitectos diseñadores.
Porque al final, la intención de los espectáculos expresa un nuevo punto de partida para la arquitectura, para el ámbito institucional y profesional, ya que surgen nuevas perspectivas de lo que realmente debe o no debe de ser arquitectura, y todas estas perspectivas afectan en la formación y desarrollo de ideologías en el proceso de diseño; puesto que, “El hombre por más humilde que sea su condición, no está solo. Ni tampoco lo está la sociedad. Mundo y trasmundo, vida y muerte, acción y contemplación, son experiencias totales y no actos o conceptos aislados.” (Paz 2016: 180)
Pero, por otra parte, el espectáculo puede tener algún beneficio y una necesidad de que exista, tal vez sin el espectáculo, el público general no sabría las escalas, los niveles o los momentos que puede llegar a producir la arquitectura; aunque ha tenido un gran impacto en la cultura, en ocasiones el espectáculo para el usuario puede ser difícil interpretar la equivocidad, es decir, percibir su ausencia de sutileza y de esencia que refleje la cultura propia del lugar.
Definitivamente lo arquitectónico, no tiene una utilidad, no es herramienta utilitaria, como es en el caso del espectáculo que es vender y atraer a las masas, no se corresponden las necesidades culturales, y creo que la cultura no podría vivir sin lo arquitectónico; el espectáculo pueda ser equivoca, tiene sus beneficios, como impulsar o promover la arquitectura para las masas, aunque únicamente favorezca esta cultura del Star system.
Y evidentemente, la preservación de esta cultura parece interminable, pero la constante apreciación de las cualidades equivoca del espectáculo, ínsita a promover la ignorancia oculta de esta cultura; citando a Paz “El desarrollo ha sido una verdadera camisa de fuerza. Una falsa liberación (…)” (Ibíd: 288) Y este aliento o incentivo de apoyar esta cultura, ha venido desde la licenciatura, forzando al alumno a diseñar algo semejante a los diseños que forman parte del Star system.
Tal vez esta arquitectura sea una “buena arquitectura” forzado en la sociocultural, sin embargo, evidentemente no está presente lo arquitectónico, que deber ser lo primordial para el arquitecto diseñador, donde se respete la integridad y tradiciones de los diferentes contextos, para brindar mejores soluciones. Se debe trazar fronteras de las equivocidades y univocidades de la arquitectura, o al menos, reconocer la existencia de ello, no solamente reconocerlos como instrumentos útiles o como casos análogos para el proceso de diseño.
“(…) establecer jerarquías y preferencias en el campo del saber y de los valores estéticos. En la era de la especialización y el derrumbe de la cultura las jerarquías han desaparecido en una atmósfera mezcolanza en la que, según el embrollo que iguala a las innumerables formas de vida bautizadas como culturas” (Vargas 2012: 71)
La Arquitectura se encuentra en un cíclico del tiempo, se ha vuelto en algo línea y direccional, que es perseguir la fama. Realmente, se pierde la noción de progreso, realmente ya no se piensa en el progreso en la arquitectura, a causa de esta cultura del Star system. Entonces, el espectáculo trata solamente con los sentidos externos, entre ellos, el más primordial la vista. Es un recordatorio constante de las prioridades de la arquitectura, que es perseguir la fama y escribir tu nombre en la historia.
Al final, las virtudes y las adversidades que puede llegar a tener espectáculo en la cultura, puede llegar a ser grandes cambios en el ámbito social e institucional, pero puede conllevar a un gran impacto en la historia de una cultura, como lo aclara Vargas, “(…) la historia no es algo fatídico, sino una página en blanco en la que con nuestra propia pluma – nuestras decisiones y omisiones – escribiremos el futuro. Eso es bueno pues significa que siempre estamos a tiempo de rectificar.” (Ibíd: 204) Aún hay tiempo para transformar el sentido de las personas respecto a lo que es Arquitectura.
Luis David Camacho Rodríguez
Ciudad Universitaria, Ciudad de México, diciembre de 2019
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Notas
[1] Filósofo checo Karel Kosik, nos dice que lo arquitectónico es una diferenciación qué es esencial y qué es secundario sino que también otorga a lo principal, a lo importante, a lo sustancial, un puesto elevado y lo define como el sentido de todo lo que se hace (…) y lo antiarquitectónico es algo que exteriormente puede parecerse a la arquitectónica o incluso llamarse así, pero que por su esencia es solamente una impostura o un sucedáneo. (Kosik 2012: 55 y 71)
[2] Beuchot nos dice, “Eso ha hecho que la hermenéutica, para toda una tradición, haya estado asociada a la sutileza.” (Beuchot 2013: 33) La sutileza, exactamente va a ser la puerta que abra hacia un nuevo mundo, para que acontezca algo o alguien en los espacios. Para ello, debe de haber sutiliza en la interpretación, para denotar todos esos pequeños detalles que son indispensables o significantes de las personas.
[3] Habitar es permanecer en su lugar y situarse en una cierta relación con la existencia, una relación que se caracteriza por nutrir y permitir al mundo tal como es, según Heidegger es, “(…) el carácter básico de habitar es preservar o cuidar... el habitar es más bien siempre un residir cabe las cosas, el habitar como cuidar guarda (en verdad) la cuaternidad en aquello cabe lo cual los mortales residen: en las cosas” (Heidegger 1944: 4)
[4] En el año 2014, la Real Academia de Londres invitó a despachos de arquitectura crear instalaciones que representaran los elementos esenciales de la arquitectura.
[5] Es un término utilizado para describir un grupo de arquitectos famosos, que ha sido responsable y reconocido por el diseño de un edifico y se ha vuelto icono ante la sociedad. Particularmente este tipo de edifico atrae cierto grado a los medios y al público general, y convierten al arquitecto una celebridad por su diseño.
[6] Frank O. Gehry, arquitecto estadounidense de origen canadiense, conocido por formar parte del Star system; sus obras más conocidas son: Museo Guggenheim de Bilbao, Walt Disney Concert Hall y Fundación Louis Vuitton.
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Bibliografía
BEUCHOT, MAURICIO., Perfiles esenciales de la hermenéutica, Fondo de cultura económica, México, 2013.
BEUCHOT, MAURICIO., Tratado de hermenéutica analógica. Facultad de Filosofía y Letras, México, 2008.
DEBORD, GUY., La sociedad del espectáculo, Pre-textos, Valencia, 2010.
HEIDEGGER, MARTIN., Construir, habitar, pensar. Buenos Aires. 1944. s / f. http://www.artnovela.com.ar/. Trad. Eustaquio Barjau. (consultado diciembre de 2019)
KOSIK, KAREL., Reflexiones antediluvianas, Itaca, México, 2012.
PAZ, OCTAVIO., El laberinto de la soledad, Postdata, “El laberinto de la soledad”., Fondo de cultura económica, México, 2016.
VARGAS L. MARIO., La civilización del espectáculo, Alfaguara, México, 2012.
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