Arquitectura y Humanidades
Propuesta académica

Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.


"Cartas a un joven poeta", de Rainer Maria Rilke
(Briefe an ainen jungen Dichter) 1a. ed. en alemán en 1929, Trad. Bernardo Ruiz
Ed. Fontamara. D.F. México. 2008


Carlos I. Castillo C.

La arquitectura, como todas las artes, se encuentran estrechamente ligadas a la poesía. La labor del artista es la labor del poeta, quien se dedica a encontrar en la naturaleza y en el mundo todo aquello que está a la vista pero que no todos pueden ver. Su trabajo es entonces revelar el mundo para aquellos que no han logrado aún la capacidad de verlo desde los ojos del artista.

Esta obra, publicada por primera vez en alemán en el año 1929, se compone de una serie de cartas que envío el poeta Rainer Ma. Rilke entre los años 1903 y 1908 al entonces joven y desconocido escritor de poesía Franz Xaver Kappus, quien en ese entonces era un cadete de la escuela militar. Tiempo después de esta correspondencia el joven poeta llega a ser subteniente de la armada real e imperial austrohúngara. Años más tarde, en 1919 sus aspiraciones de escritor le llevarían a abandonar el oficio de las armas y trasladarse a Berlin, donde posteriormente publicaría algunas novelas.

Las diez cartas publicadas en esta obra son las respuestas que Rilke enviara a Kappus tras algunas solicitudes por leer algunos textos que le enviaba con el fin de recibir alguna crítica o consejo. Curiosamente, el joven escritor no obtuvo precisamente lo que solicitaba, pues nunca recibió una crítica concreta a sus textos. Pero recibió mucho más de lo que pidió.

Carta tras carta el famoso poeta le envío consejos e impresiones acerca de la vida del artista, de las verdaderas preocupaciones del oficio y de cómo nunca volver a buscar una crítica o consejo de nadie más que no fuera sí mismo.

Es así como poco a poco, dependiendo de la situación, la época del año, la salud o el humor del poeta se fueran escribiendo consejos que van desde la importancia de observar y disfrutar todo en la vida, procurarse la soledad necesaria para dejar germinar su poesía, la advertencia acerca de la ingrata retribución de dicha vocación, el amor, la tristeza, la importancia de dejarse llevar y al final una advertencia al valor que se necesita para ser artista y vivir como tal.

Se expresa en estas cartas una realidad cruda a la que el artista ha de enfrentarse. Sin embargo, nunca se percibe en Rilke arrepentimiento o infelicidad por su elección de vida.

Kappus, propietario de esta correspondencia, tuvo a bien publicar sólo las cartas de Rilke, pues según sus propias palabras, de esta correspondencia lo que vale la pena no son las preguntas e inquietudes que en su juventud expresara en busca de respuestas, sino las respuestas que Rilke otorgó a preguntas que en su momento aún no hubiera sabido hacerle asertivamente.

Así, después de un muy breve prefacio en la edición alemana de 1929 el entonces no tan joven poeta cedió la palabra a Rilke después de esta frase: "Cuando un príncipe va a tomar la palabra, se debe callar".

Podría decirse de alguna manera que esta correspondencia que Rilke otorgara a su admirador fue un gesto de generosidad, al ofrecerle valiosas lecciones que en ninguna universidad hubiera podido aprender. Pues eran las impresiones sinceras de un artista consumado, quien a pesar de su paupérrima condición (como el mismo Rilke lo expresa en sus cartas) había encontrado las cosas de las cuales valía la pena que el poeta se preocupara.

Esta recopilación de cartas puede resultar entonces una lección más rica que cualquier instrucción acerca de la métrica, el ritmo o cualquier otra condición de la obra escrita. Es más bien una lección acerca del hacer profundo que nutre a la obra del artista. Una lección de vida para un joven que aspiraba a artista.

Carlos I. Castillo C.