Arquitectura y Humanidades

Propuesta académica

 

Enfoques de la arquitectura desde la filosofía I

 
Recomendaciones para la presentación de artículos y/o ensayos.

Introducción

Cuando nos adentramos en el estudio de la historia y la teoría de la arquitectura, nos resulta inevitable no encontrar las relaciones que desde siempre han existido entre el pensamiento y las características sociales de la época. Sin embargo, no podemos hacer una generalización de esta hipótesis, dado que en una misma sociedad de un determinado momento histórico, pueden existir diferencias internas, notables y evidentes; y entonces, puede ocurrir que aquellas manifestaciones de la arquitectura que permanecen como "testigo insobornable de la historia" aludiendo a Octavio Paz, en realidad es sólo un reflejo de las intenciones y motivos particulares de las clases sociales que intervienen en la definición y construcción de la ciudad.

Tanto si la arquitectura es un fenómeno a partir del cual se puede interpretar qué es o qué fue en realidad una época, o bien, si la arquitectura es un fenómeno a partir del cual se pueden interpretar las intenciones o anhelos de ser de un sector de la sociedad de la época; es indiscutible que constituye un vestigio de modos de pensar que ocurrieron en tiempos antediluvianos, y que nos aporta múltiples herramientas para reflexionar, valorar y actuar sobre los espacios habitables del presente y del futuro.

En este sentido, la filosofía no es ajena al campo disciplinar de la arquitectura y el urbanismo, no está yendo más allá de sus propios límites cuando dilucida sobre los espacios habitables, sino que va más allá de estas disciplinas, a donde estas no pueden llegar por sus propios medios, hasta lo que no han percatado que tiene por resolver, o hasta lo que no son capaces de resolver por sí mismas. Por eso fue que escribió Platón que, la relación de la filosofía con las ciencias especializadas, con todas ellas en conjunto y con cada una en particular, es como la de un hombre despierto con otro dormido: las disciplinas especializadas actúan como si estuvieran dormidas porque se les escapan las premisas de las que proviene su actuar.

Si la filosofía es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje; y la arquitectura y el urbanismo implican praxis con base en fundamentos inmateriales a fin de la creación de espacios funcionales, bellos, pero sobretodo habitables, entonces nos es vital saber cómo y desde donde acceder a dichas nociones, a los cimientos existentes en el conocimiento, en los anhelos o en las cosmovisiones de las comunidades para las cuales diseñaremos, previamente a franquear en los aspectos prácticos y erigir construcciones que serán la expresión de un conjunto de ilusiones, imágenes y pensamientos. Partiendo de esta base, sin la filosofía, no podríamos conocer el sentido de lo que pasa a ser corpóreo e inamovible en los espacios en los que nos desenvolvemos y por tanto en nuestras vidas.

Por ello, en este número, se encuentran diversas relaciones entre el mundo de las ideas (intangible) y el mundo material (tangible) representado por los espacios urbano arquitectónicos, pues se considera que al reflexionar, meditar y teorizar sobre ellas; se podrá acceder a criterios más amplios desde los cuales, los espacios que habitamos sean diseñados más acorde con las esencias y necesidades humanas de nuestro tiempo, en lugar de emular expresiones ajenas, que ya no nos pertenecen o que jamás nos pertenecieron.

 

Milena Quintanilla Carranza