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Mirar por la Arquitectura
Yessica Vanessa Heredia Bedolla
“Se habría ganado bastante si habitar y construir encuentran en lo que es digno de ser preguntado
y de este modo quedaran como algo que es digno de ser pensado”.
M. Heidegger
Debido a la complejidad del diseño arquitectónico, se requiere de una base teórica para plantear los problemas de cada diseño. Por esta razón nuestro quehacer como arquitectos es comprender que la teoría del diseño nos brinda las herramientas para desarrollar destrezas del pensamiento.
Las revoluciones del pensamiento que han conmovido nuestro mundo cultural y orden social, filósofos e historiadores, han tratado de acercarse a la verdad. Así mismo, la arquitectura ha adquirido un cambio radical en las formas de pensar del diseño arquitectónico.
El quehacer de la arquitectura se ha convertido en un socio en el desarrollo de conocimientos y de comportamientos, cuya finalidad es crecer las capacidades de estar al servicio de la sociedad. Se necesitan de otros conocimientos y estudios de apoyo para ver las premisas que los mismos estudiosos de la arquitectura no percatan y con ellos construir y prefigurar pautas de diseño.
A continuación se realiza una exposición de la importancia de pensar en un habitar desde el pensamiento, antes de ser construidos. Y a manera de como Heidegger realiza en la reflexión de custodiar (mirar por) la Cuaternidad (el cielo, la tierra, la divinidad y los mortales) desde su esencia. (1)
Se presentan algunas reflexiones para incorporar al método de diseño arquitectónico contemporáneo atraídas desde otras disciplinas, en cuatro diferentes sentidos que ven por el diseño arquitectónico; mirar por el ser humano, el objeto arquitectónico, el ser humano y objeto arquitectónico y por último en el arquitecto.
Para entender el mirar por la arquitectura tendremos que reflexionar lo que es el habitar, Heidegger, en su escrito sobre “Construir, habitar, pensar” afirma que:
“Habitar y construir están el uno con respecto al otro en la relación de fin a medio. Ahora bien, mientras únicamente pensemos esto estamos tomando el habitar y el construir como dos actividades separadas, y en esto estamos representando algo que es correcto. Sin embargo, al mismo tiempo, con el esquema medio-fin estamos desfigurando las relaciones esenciales. Porque construir no es solo medio y camino para el habitar, el construir es en sí mismo ya el habitar”. (2)
Mirar por el ser humano
“No hallamos ninguna gran cultura que no esté dominada por elementos míticos y penetrada de ellos”.
E. Cassirer, 194.
Para iniciar un diseño arquitectónico, es indispensable conocer su mitología, costumbres y rituales de la comunidad a la que se le ofrece nuestro servicio. (3) ya que si no se consideran, generará repudio o confusión por parte de la comunidad, y desdicha o superioridad a los habitantes.
El diseño arquitectónico es un lenguaje, y por lo tanto emana mensajes. Mensajes que permiten a los arquitectos la solución de problemas complejos a través del pensamiento. Se considera al mito no como una realidad sino como un aspecto del lenguaje; aunque un aspecto más negativo, “El mito no se origina de sus virtudes sino de sus vicios”. (4) Para Cassirer “El mito es el elemento épico de la primitiva vida religiosa; el rito es su elemento dramático. Tenemos que empezar a estudiar al segundo para comprender el primero.” (5)
Un ejemplo mítico es el ámbito religioso que no es otra cosa que una función calmante del rito, le crea identidad a una sociedad y creen que están en lo correcto, se identifican y se sienten acogidos.
Hasta aquí podemos comprender que cada ámbito cultural conjetura un develamiento del espíritu, que nace del interior del hombre hacia el exterior.
Un ejemplo para comprender el mirar por el ser humano es el siguiente acontecimiento: Culiacán, capital del municipio de Sinaloa, se encuentra envuelta en ideas míticas religiosas. Los historiadores han tratado encontrar el origen del porqué se hacen procesiones en honor a la virgen María en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe conocida como “La Lomita” (por estar ubicada en lo alto de un cerro). Se ha encontrado que en el año de 1531 cuando la ciudad fue fundada, los mismos años que han transcurrido que la imagen de la Virgen María apareció por primera vez en México.
En ese mismo año Juan Diego vio por primera vez a la virgen mientras caminaba por un cerro, quien le pidió que se convirtiera en el primer santo indígena, que localizara al Fray Juan Zumárraga y le digiera su deseo que le construyera un templo en el cerro del Tepeyac.
Menciona el historiador Humberto Sinagawa Montoya que la fundación de La Villa de San Miguel de Culiacán empezó a repoblarse por españoles. Sinagawa cree que ambos acontecimientos fueron una coincidencia, pero para la iglesia la fundación de la ciudad y la aparición de la Virgen Morena el mismo año es una señal de la iglesia. “Históricamente no hallamos una gran cultura que no esté dominada por elementos míticos y penetrada de ellos.”(6)
Las parroquias son un claro ejemplo del mito, su diseño arquitectónico ha sido origen de ideas “irracionales” del ser humano, lo que al paso del tiempo ha tomado pautas más definidas, esto, aunque sea proveniente de la cosmovisión, hay en ellos un método implícito. (7) La vida social del hombre en los espacios arquitectónicos son frecuentemente causas y efectos de comportamientos. Conducir el comportamiento de las personas para generar una identificación y provocar una sustentabilidad ambiental por medio de una sustentabilidad social.
Lo importante del diseño arquitectónico es impresionar al humano, si esto queda como un sentimiento significativo en la memoria del individuo, este permanece. Cassirer dice que “El mito no surge solamente de procesos intelectuales; brota de profundas emociones humanas”. (8)
Es un hecho que el mito está presente, y la razón resulta obvia si consideramos que el mito está presente en la manera de pensar y razonar del hombre como una forma simbólica, y emocional y lo que se podía considerar algo pasivo que era solo el pensar y razonar lo llevamos ahora algo activo que lo que produce las emociones.Mirar por el objeto arquitectónico
“Para la historia del arte no existe un tipo absoluto del hombre, como no existe arte absoluto”
E. Cassirer, 1947
Las experiencias provocadas de un diseño arquitectónico bajo la influencia de creencias míticas, son un ejemplo de como el espacio puede incidir en el comportamiento de los seres humanos. ¿Puede acaso el estudio de lo mítico, enriquecer en lenguaje arquitectónico actual para acercarnos como incide el objeto en el comportamiento?
Para que en la ciudad moderna exista la poesía debe de existir la hermosura, la grandeza y la intimidad. (9) pero, se ha permitido que el transporte se convierta en un dictador omnipresente que dirige el funcionamiento de la ciudad y la somete a sus necesidades.
Lo anterior arrastra con las edificaciones que habitamos, ya que han dejado de preocuparse por solucionar los problemas de habitabilidad, si no que el objeto arquitectónico se ha sometido al dictador omnipresente que nos habla Cassirer. Por ejemplo, ya no es tan fácil ir a una tienda de productos domestico sin tener que utilizar algún medio de transporte principalmente, el automóvil propio. Ya que la logística de estas tiendas han sido replicar sus diseños sin importar las distancias y accesibilidad.
Se puede tener la capacidad de desarrollar un proyecto desde su concepción, desarrollo y posteriormente a su materialización, pero si solo hay capacidad y no voluntad de decidir y ordenar la propia conducta con intención de un resultado, este resultado siempre será una réplica de otros diseños.
Mirar por el objeto arquitectónico es considerar también el estilo arquitectónico que no tiene que ver con la estética, sino con la voluntad artística de un pretérito de necesidades espirituales. (10)
Agregando también, al proceso de diseño arquitectónico pautas extraídas del autor Hartmann en su libro de “Estética” podemos concientizar que nuestro mirar por el objeto arquitectónico está incompleto porque:
- Hemos limitado nuestro quehacer arquitectónico a factores materiales que determinan las dimensiones interiores y envolventes de un edificio.
- La visión estética se está concentrando a un punto del objeto arquitectónico y no se contempla en una visión conjunta.
- No logramos identificar más allá de su forma, materialización o función es decir, de un fondo visible, un trasfondo.
-No nos preocupamos antes de definir los espacios, en conocer a aquellos que habitarán, en cuanto sus anhelos, creencias, tradiciones, costumbres y gustos estéticos para dar solución a la problemática de diseño.
“La arquitectura…: está sujeta al fin estratégico, de manera tan amplia que la falta de tal fin la cancelaria”.
N. Hartmann. 1977Mirar por el ser humano y la arquitectura
Una arquitectura que te hace encontrar la sublimidad, siendo definiendo lo sublime como lo cita Kosik del escritor austriaco Hugo Von Hofmannstahl “El encuentro con lo sublime arroja al hombre fuera de las relaciones habituales y lo traslada a un mundo distinto, desconocido, misterioso.”(11) Aquí lo sublime entra en el interior del quien percibe el espacio, se conecta con su espíritu más que con su bienestar. La arquitectura debe proveer al habitante respeto hacia el espacio arquitectónico, y éste a su vez la protege en no caer en la insignificancia de lo finito.
La arquitectura tiene como objetivo, identificar su diseño con la vida cotidiana del hombre y su esencia. Una arquitectura que se encuentre con la sublimidad. Aquí lo sublime entra en el interior del quien percibe el espacio, se conecta con su espíritu más que con su bienestar.
Es fundamental que las pautas de diseño arquitectónico miren por el significado ambiental, social y diseño arquitectónico específico. (12)”… no puede un fenómeno histórico, cultural o artístico, entrar en el campo de nuestra comprensión, si previamente no lo hemos situado en las líneas de esta perspectiva fundamental”. (13)
Lo importante del diseño arquitectónico es impresionar integralmente al ser humano; si esto queda como un sentimiento significativo, ello permanece. La percepción del espacio arquitectónico es significativo de distinta manera para cada ser humano, ya que las capacidades cognitivas lo relacionan a distintas experiencias de su vida. (14)
Kosik en su texto nos dice que para crear espacios que sean fundación, festivos y gratos hace posible que el ser humano se regenere para confirmar la arquitectónica como un acontecimiento. Y en cuanto su envolvente Worringer indaga que el dialogo e integración de la sintaxis espacial y la envolvente formal contienen valor cuando el habitante se identifica y le producen emociones. (15)
La arquitectura actual, se encuentra corroída por el aspecto de la envolvente y “el fachadismo” se ha convertido como el espectáculo arquitectónico, donde muchas veces no importa que exista una sintaxis espacial entre el interior y el exterior del edificio hasta convertir el objeto arquitectónico en una edificación sin un fin practico.
En un espacio arquitectónico no sólo se expresa su totalidad; además deja aparecer una vida y esta da testimonio.Mirar por el arquitecto
"El pensamiento, si es profundo, sincero, auténtico, tiene la fuerza de hacer maravillas." E. Cassirer, 1947
El arquitecto no debe olvidar la materia prima con la cual trabaja. Karel Kosik nos dice "Cuando los arquitectos reflexionan sobre su trabajo y piensan en la situación de su oficio establecen su misión, la definen determinando las funciones básicas que deben cumplir."(16) El arquitecto tiene que encontrarse a sí mismo como habitador. Esto nos podría llevar a unificar los proyectos, no tomando en cuenta la pluralidad que forma parte de cada ser, acabará con la posibilidad de diversidad y el habitar, ya que todos somos diferentes.
Hace falta que arquitecto mire por una dramática para leer la arquitectura ya que por ende no tiene sintaxis, no se entiende. La actividad proyectual se encuentra en el entendimiento del habitar, vivir a través de nuestras experiencias y diseñar con el pensamiento.
Dentro de un proceso psicológico el arquitecto necesita conocer cómo trabaja la “caja negra”; sensaciones, percepciones, cognición, emociones y decisiones encargadas de leer el espacio para producir el comportamiento humano deseado.Desaprender ¿qué quiero saber?, con el planteamiento anterior sería necesario elaborar una teoría de la percepción de lo habitable, si pudiera aceptarse sin escandalo esta conjunción paradójica e inadmisible. Rechazamos la mezcla de los valores estéticos del “arquistar” y solo aspiramos a una interpretación diferente del espacio habitable que nos haga comprender de una manera más objetiva de lo habitable. Si lo conseguimos esta interpretación del espacio, abrirá nuevas posibilidades de la estética y valores de intimidad.
Solo podremos lograr esta interpretación diferente del espacio habitable si nuestra imaginación logra tocar la esencia del ser y para ello, es necesario conocernos como arquitectos desde el aspecto ético, técnico y práctico y conocer las expectativas de nuestros clientes.
Si el arquitecto conoce bien los valores, conocimientos y creencias del habitante, podrá cubrir sus expectativas, provocando por medio del espacio una actitud que aumenta las posibilidades de que ocurra una acción debido al diseño arquitectónico, lo que producirá a una consecuencia. (17)
Logrando lo anterior el arquitecto se encontrará en concordancia con el sentido personal y con una esencia material y espiritual, nos lleva a un entendimiento del espacio más allá de lo físico y tangible.
Para que finalmente refleje todos sus conocimientos en un proyecto arquitectónico, analizando cuales tiene que implementar. El arquitecto cuenta con la tarea de encontrar una síntesis entre la forma y materiales. De ser los genios de equilibrar la visión constructiva y productora de formas.Complementar el mirar por la arquitectura
Para comprender el proceso de diseño arquitectónico Hartmann nos habla de tres estratos externos; el primero se trata de un “fin práctico” arquitectónico, comprende una relación servil con el ser que lo habitara, así como lograr una genialidad compositora para que sea bello. (18) ya que un espacio arquitectónico sin una determinación práctica es impensable.
El segundo estrato es la “forma arquitectónica” está conformada por la composición espacial, el material y su capacidad técnica de aplicarse para lograr una belleza espiritual. La arquitectura es una composición de estratos estéticos y de un solo estrato técnico. La forma arquitectónica es intuible si se logra un dinamismo. (19)
Y finalmente la “ornamentación” arquitectónica es un adheración de la construcción y nunca por sí sola, esta contempla ritmo y forman entidad a los individuos que habitan el espacio.
Evocar estos tres estratos al templo de “La Lomita” podría traernos un poco de complejidad en cuanto su forma regida por paraboloides, ya que esta podría ser una sala de convenciones pero debido a la implementación de ornamentos como vitrales con pinturas religiosos podemos intuir de que se trata. El fin practico de este edificio logro un dinamismo con la genialidad compositora de materialización del edifico.
También Hartmann hace referencia a tres estratos internos que principalmente tienen que ver con el pensamiento del arquitecto en el proceso proyectual; si no se invierte tiempo, reflexión, posibilidades de desarrollo y amor, configuración espacial y dinámica el objeto arquitectónico solo será un producto rápido y barato. Como las grandes constructoras que solo producen cascaras de concreto, y nos venden un supuesto “hogar”, todo aquí se reduce a metros cuadrados, a dinero y producción, pero el “hogar” es para el habitar.
-La “solución del propósito” de un objeto arquitectónico depende del estilo de vida y estilo arquitectónico. (20)
- La peculiaridad e impresión de un objeto arquitectónico que expresan lo humano es el carácter interno y modo del ser colectivo. (21)
- Comprender la arquitectura de modo histórico, con ideales, nostalgias y modos comunes entenderemos la voluntad vital de cómo fue hecha. (22)
Para concluir, Cassirer nos deja ver que las actividades humanas se comportan una parte objetiva y otra subjetiva en lo que realizamos, las acciones son el ser de nuestro dentro, y es inevitable sentir emociones producidas por acciones, algo subjetivo que produce las necesidades de expresarse. El rito es regido por las acciones del mito. Las acciones son objetivas, en cuanto el mito es subjetivo de lo que hace creer para pensar. “El arte nos ofrece una unidad de intuición; la ciencia nos ofrece una unidad de pensamiento; la religión y el mito nos ofrecen una unidad del sentimiento. El arte nos abre el universo de las "formas vivas"; la ciencia nos muestra un universo de principios y leyes; la religión y el mito empiezan con la conciencia de la universalidad y la identidad fundamental de la vida”. (23)
Así como la cohesión del tiempo, el espacio y el movimiento en la arquitectura son la posibilidad de continuar en un escenario, en el que sucede un acontecimiento. (24) las pautas de diseño arquitectónico también deben de tener su tiempo, espacio y el movimiento, lo cual no significa que cada época saldrán algunas nuevas, sino que debemos de moverlas, adecuarlas al estilo de vida pero sin olvidar la esencia mitológica de ellas.
La tradición es la que reina con lo característico y se mantiene firme desde el dentro. Justo por esa plenitud anímica imponderable, que se ha asociado firmemente en la sensibilidad humana con la formas materiales visibles.
La arquitectura es un asunto público, desde su concepción. Esta es vivida por una comunidad y no individualmente. La arquitectura es servir las necesidades que el ser humano necesite para su vital cotidianidad. Y es ahí donde el ser humano se crea, por ello es importante encontrar el espíritu del espacio y relacionarlo con el ser humano para que este cree o siga construyendo testimonio vivo.Yessica Vanessa Heredia Bedolla
Notas.
(1) HEIDEGGER, M. (1951). Construir, habitar, pensar. (E. Barjau, Trad.) Barcelona: Serval. Pág. 5
(2) Ibídem, Pág. 2
(3) CASSIRER, E. (1947). El mito del estado. México: Fondo de Cultura Económica. Pág. 9
(4) Ibídem, Pág. 25
(5) Ibídem, Pág. 37
(6) Ibídem, Pág. 9
(7) Ibídem, Pág. 27
(8) Ibídem, Pág. 55
(9) KOSIK, K. (2012). Reflexiones antediluvianas. México: Itaca. Pág. 63
(11) Ibídem, Pág. 65
(12) KOSIK, K. (2012). Reflexiones antediluvianas. México: Itaca. Pág. 59
(13) WORRINGER, W. (1967). La esencia del estilo gótico. México: Fondo de Cultura Económica. Pág. 20
(14) Ibídem, Pág. 53
(15) WORRINGER, W. (1967). La esencia del estilo gótico. México: Fondo de Cultura Económica. Pág. 13
(16) KOSIK, K. (2012). Reflexiones antediluvianas. México: Itaca. Pág.61
(17) WORRINGER, W. (1967). La esencia del estilo gótico. México: Fondo de Cultura Económica. Pág. 13
(18) HARTMANN, N. (1977). Estética. México: UNAM. Pág. 147
(19) Ibídem, Pág. 250
(20) Ibídem, Pág. 252
(21) Ibídem, Pág. 254
(22) Ibídem, Pág. 254
(23) CASSIRER, E. (1947). El mito del estado. México: Fondo de Cultura Económica. Pág. 48
(24) KOSIK, K. (2012). Reflexiones antediluvianas. México: Itaca. Pág. 78Referencias bibliográficas.
CASSIRER, E. (1947). El mito del estado. México: Fondo de Cultura Económica.
HARTMANN, N. (1977). Estética. México: UNAM.
HEIDEGGER, M. (1951). Construir, habitar, pensar. (E. Barjau, Trad.) Barcelona: Serval.
KOSIK, K. (2012). Reflexiones antediluvianas. México: Itaca.
WORRINGER, W. (1967). La esencia del estilo gótico. México: Fondo de Cultura Económica.