“…La arquitectura que me interesa creo que se resuelve desde una cierta vocación pensante, desde una voluntad reflexiva que nada tiene que ver con la mesa de dibujo: es aquélla en la que la participación de la experiencia o el conocimiento, la participación de los instrumentos profesionales, aquellos que se enseñan en la escuela, permanecen invisibles en el resultado final…” Josep Llinàs
00./ Introducción
“…El Centro de Cirugía Ocular…es siempre la lección del viejo Wright: un espacio horizontal que se expande, tibio, pegado al suelo, al mismo tiempo que te acompaña para entrar – y un entrar a un lugar simultáneamente abierto y recogido…”
El edificio del IMO viene a corroborar la idea que cada obra de Josep Llinás es diferente de la anterior. Eso se produce como resultado de una actitud proyectual, la cual posee un común denominador trazado por la búsqueda de sintonía entre lo que el sitio necesita y el tema requiere. Así, naturalmente su arquitectura será diferente cada vez. O al revés será distinta para seguir siendo ella misma en su propia esencia. El sello estilístico parece estar lejos de las expectativas proyectuales de Llinás; resulta finalmente evidente que es lo que menos le interesa. Aunque ya a esta altura su arquitectura tiene una impronta distintiva propia de su talante proyectual. Sus inquietudes navegan por aquellas aguas que lo conducirán a una plenitud interior de cumplir con lo que busca como resultado, para que la obra cumpla con su objetivo último: su utilidad en todos los sentidos arquitectónicos: funcional, espacial, constructivo, morfológico-edilicio y de implantación; ornando y dignificando a la vez el paisaje, según el caso, urbano o natural. Esta óptica coincide en parte con aquella que expresaba Palladio en el siglo XVI al sostener que la arquitectura religiosa debía servir para glorificar a Dios y embellecer la ciudad . Igualmente Llinás está cerca del siglo XVI al practicar una arquitectura a la que podríamos denominar de “Sprezzatura” aludiendo a lo que B. Castiglione define en “El Cortesano”; concepto que llevaba implícito, en esa época Anti-Clasicista o Manierista, la idea de gracia y belleza de manera casi desprejuiciada. Y esta “Sprezztura” la que oficia de común denominador entre Llinás y Josep María Jujol, es la misma que asocia a E. Miralles con G. Romano y naturalmente también con Jujol.
Hemos de entender la “Sprezzatura” como una actitud marcada por un sentimiento de desapego superior, que posee una apariencia agradable, espontánea, natural, llena de gracia, manifestando una cierta “indolencia intencional”. Esta gesticulación se observa claramente en el tratamiento del espacio intermedio de ingreso al IMO, el cual parece expresar morfológicamente y de modo metafórico el pensamiento de Llinàs, “Mejor despeinado” contra ciertos prejuicios perfeccionistas y puritanos que tensionan y esclavizan.
El haber colaborado con José Antonio Coderch y Alejandro de la Sota le ha permitido a Josep Llinás absorber la sabiduría necesaria de ambos para detectar, mirando en profundidad, qué es lo que se “debe hacer” cada vez que un tema llega a sus manos para un determinado sitio. Lejos de cualquier capricho y buscando esa consonancia entre la arquitectura y el lugar, el hecho arquitectónico decanta de modo natural y maduro, sin forcejeos logrando que la obra parezca haber estado siempre allí. Por otro lado el haber investigado la obra de Jujol le permitió a Llinás equilibrarse con la rigurosa intelectualidad de sus otros dos maestros -Coderch y Sota-. De esta manera se estabilizan y enlazan dos fuerzas casi antagónicas de ver y trabajar la arquitectura. Escrudiñar
El IMO fue inaugurado hace una década. Para un edificio corriente ese lapso de tiempo ya habría dejado sus huellas sobre él. No nos referimos al envejecimiento material sino al compositivo, al arquitectural. Podríamos decir que es una obra que se aleja de la pertinencia precisa de su época, se adelanta a su tiempo, parafraseando al propio Llinás en su escrito con título homónimo cuando nos habla de la actitud arquitectónica de Sota. El IMO, como la arquitectura de Sota, es una obra con gesticulaciones que se rebelan ante su época, resultando de modo natural diacrónica. Y en su actitud como proyectista, Llinás sigue negándose a lo que ya conoce para adentrarse en campos por él mismo inexplorados. Esta filosofía proyectual es la que lo hace adelantarse a su tiempo sin proponérselo. Naturalmente va como guiado por su propia intuición, buscando re-inventar las cosas que ya le son familiares. Nos referimos, por ejemplo, a invenciones simultáneas de orden técnico y a las elucubraciones formales; en especial la de los techos como forma de integración a la topografía.
01./ Arquitectura y Contexto
“…El proyecto del Centro de Cirugía Ocular no ha ido en contra del lugar, reprochándole no ser perfecto, sino que ha buscado, como quien escala una pared, la mínima grieta donde poder apoyarse…”
Entre lo espontáneo de la naturaleza y lo construido de la ciudad, el IMO se abre a la ciudad y al tiempo parece florecer orgánicamente de la montaña. Oficia de nexo formal entre la naturaleza y el contexto urbano , como elemento reconciliador entre ambas. La plasticidad orgánica de la naturaleza se conjuga con la racionalidad funcional del tema médico específico. La expresión dinámica de los techos parece asociarse a los accidentes topográficos del terreno: la Sierra de Collserola. Se podría traducir como una meta-interpretación arquitecturizada del medio natural en el que se implanta. Y en esta elucidación valdría la clara definición de J. A. Cortés cuando sostiene que cierta parte de la obra de Llinás es configurada como topografía . Por otro lado viene bien recordar una reflexión del mismo Llinás cuando se refiere al Santuario de la Virgen de Montserrat, la inconclusa Sagrada Familia (1929-35) de Jujol, afirmando que: “La arquitectura también se hace con montañas” , por ser una obra que recuerda morfológicamente en su silueta a las montañas pertenecientes al paisaje de Montferri en Tarragona.
Llinás parece haber heredado de Jujol, entre otras cosas, esa fina sensibilidad por el contexto. Una actitud perceptiva de lo existente geográfica y culturalmente. Para Jujol en el Santuario de Montserrat fue explotar el emplazamiento privilegiado de la colina rocosa más su sentimiento respecto de sus convicciones religiosas . Llinás por su parte conjuga en el proyecto del IMO una necesidad básica del programa (oscuridad para trabajar) y la inclinación del terreno, respetando el sitio haciendo asomar a la superficie sólo lo indispensable: los lugares públicos y administrativos con necesidad de luz natural. Este, no es el único proyecto de Llinás donde se considera de manera poética la idea del emplazamiento incorporándose al terreno orgánicamente, como si el edificio brotara de él. Pensemos por ejemplo en el proyecto para la Bodega en Mendivil – Pamplona (2002), la Vivienda Unifamiliar en Llinars del Vallés (2005-10), o el proyecto para el concurso del Centro de Patrimonio Cultural en Santiago de Compostela del CSIC (2010). Todos estos proyectos buscan bajo distintos artilugios proyectuales, estar ocultos bajo la cubierta, sea ello enterrar utilizando la pendiente o configurar junto a la topografía, para hacer desaparecer el edificio, a modo de renuncia a la presencia arquitectónica, como afirma Cortés al reflexionar sobre la obra de Llinás . Tales gesticulaciones manifiestan una sensibilidad reconciliatoria respecto de la agresividad que la arquitectura provoca al implantarse en un medio natural.
El IMO en su actitud respetuosa de la geografía pareciera hacer una metáfora del ojo humano. Las áreas públicas de espera, la dirección, administración y médicos resultan ser el espacio del ojo que permite ver, como si fueran el iris, la pupila y la córnea. La parte más privada del edificio, se halla enterrada y oculta, allí donde se ubican los quirófanos, las consultas y los estacionamientos. Todas estas partes de apoyo al edificio funcionan de manera semejante a la parte oculta del ojo, aquella zona que no se ve pero que permite que el ojo funcione tales como la cámara vítrea, el nervio óptico, la retina y los coroides entre otras partes. Son las dos caras de una misma moneda, y en esa relación regulada por la distancia nos lleva a asociarla a los conceptos que Llinás denomina “Compañía y Comunicación“ . Las zonas públicas y privadas del IMO se hallan claramente individualizadas siendo a la vez interdependientes, próximas y solidarias entre sí.
El ingreso peatonal principal nos cuenta una historia; actúa como una mirada de reojo que niega la frontalidad a quien lo mira. Pues se produce desde la calle lateral hacia el NE del lote . La aproximación y el acceso es una secuencia espacial, que invita al acercamiento y entrada. Y aun huyendo de la frontalidad y apartándose un poco del límite frontal del terreno: la Ronda de Dalt, no se aleja, ni se desentiende de lo que allí sucede. Así una masa de arboles se muestra protectora y absorbente de los ruidos vehiculares provocados por la intensa circulación en la Ronda.
02./ Metáforas
“…Llinás nunca hace sentir culpable al sitio donde va a construir… como Jujol transforma el accidente en maravilla…”
Desde otro punto de vista podríamos descubrir en el IMO los conceptos de “Distancia” e “Intimidad”, “Comunicación” y “Compañía” que el propio Llinás detalla en su libro “Saques de Esquina” cuando analiza dos obras de distinto género y diferentes épocas en Tarragona; donde participara en una como restaurador: el Teatro Metropol de J. Jujol y por otro lado el edificio del Gobierno Civil en su renovación junto a su autor original A. De la Sota. Estos dos edificios son distintos en su impronta proyectual y en su resultado final, por eso uno: el Teatro Metropol se manifiesta íntimo y el otro el del Gobierno Civil distante. En el IMO “Distancia” e “Intimidad” se dan en un solo edificio, con el sello propio de su arquitecto que supo recoger las enseñanzas proyectuales de ambas arquitecturas y de sus autores. De esta manera podemos coincidir con J. Herreros cuando sostiene desde antes del proyecto del IMO que “Llinás entre, Jujol y Sota encuentra el equilibrio entre el rigor y la fantasía” .
Todos los elementos eminentemente técnicos de cirugía y apoyo al edificio son de alguna manera distantes al paciente / usuario común, aun poseyendo una extrema funcionalidad para su mejor servicio clínico. El espacio público de ingreso se abre como un parpado invitándonos a entrar. Se manifiesta íntimo, hospitalario ante nuestra llegada. Nos abraza, acoge y estimula a ingresar. En esta obra, el ingreso es una situación espacial más que un simple acceso. En este gesto de Intimidad el párpado abierto posee, como el Teatro Metropol, una mirada entrañable y acogedora. En cuanto a los conceptos de “Comunicación” y “Compañía” podríamos decir algo semejante ya que la comunicación está reglada por la distancia. Y el Teatro Metropol y el Gobierno Civil son dos obras que no están comunicadas pero si en compañía. En el IMO sin embargo, entre la parte técnica y la parte pública no sólo existe “Comunicación” sino que además están en “Compañía”. No podría la una existir sin la otra. Dos arquitecturas en una. Al igual que un coche de alta gama, donde mecánica y confort son las dos cuestiones inseparables. Cada una responde a su función, manifestándose morfológica y espacialmente acorde a sus funciones especificas. Así en el IMO se encarnan el rigor técnico de Sota, entrelazado con la visión artística de la cotidianeidad humana propia de Jujol; y además, se verifican operaciones proyectuales fragmentadas y anti-monolíticas que Sota ya habría profetizado a mediados de los ´90 en un escrito sobre Llinàs .
El rótulo de la Casa Mañach de Jujol parece, según Llinàs, haber librado una dura batalla relacionada con los sucesos de la Semana Trágica de 1909, por la forma en que han sido sometidos los materiales de ese epígrafe, por el rigor de las llamas, el humo, la acción del agua precipitada sobre el fuego y luego la humedad . Metafóricamente podríamos decir que de manera semejante la cubierta del IMO parece haber estado sometida a la agresividad desmañada del viento de la montaña.
Y por otra parte así como Sota en lo comunicacional del edificio del Gobierno Civil anula la identidad de obra habitacional con los huecos en diagonal, Llinás hace algo similar en el IMO con un ingreso que neutraliza la identidad de la arquitectura hospitalaria, proponiendo una aproximación de fuerte carácter formal y espacial. En ambas obras, la concentración del observador se centra en las fachadas, hurtadoras de la escena arquitectónica. Así, mientras que en la libertad morfológica del ingreso al IMO se acerca al pensamiento filosófico de Jujol, en la Casa Mañach, la gesticulación intelectual de la fachada se aproxima a la de Sota en el edificio del Gobierno Civil. En todo caso si debiéramos buscar un común denominador entre ambas obras de Jujol y Sota expresado en el IMO sería su notable potencia plástica, con clara habitabilidad espacial y sensible fineza estética. En el IMO se ensamblan lo que en Tarragona a nivel urbano generan separadamente, casi sin proponérselo, el Teatro Metropol de Jujol y el Edificio de Gobierno Civil de Sota. Coincidentemente Llinás al intervenir de maneras diferentes en ambos edificios pudo profundizar en el pensamiento filosófico de los dos maestros y análogamente responder. De esta manera puede conjugar en sus obras, como lo hace en el IMO, las dos versiones de la arquitectura, la popular - orgánica de Jujol y la intelectual – racional de Sota.
03./ Forma y Espacio
“…El proyecto del Centro de Cirugía Ocular es ir bajando gradualmente, paso a paso, acompañando a quien entra... Protege, sin adueñarse del protegido, sin parloteo, sino fortaleciéndolo, dándole mayor seguridad…”
A propósito de lo morfológico podríamos destacar otra observación de Cortes, aquella que subraya la imbricación geométrica de lo regular con lo quebrado . Se trata evidentemente de Geometrías contrapuestas que responden a lo funcional-espacial. Lo ortogonal con lo quebrado conversan discretamente en “compañía”, acomodándose uno próxima al otro; dejando el uno espacio suficiente para que se exprese el otro, como los pasajeros de un autobús según lo expresa Llinás al referirse a la obra de Alvaro Siza y en especial a la Escuela de Arquitectura que construyera en Oporto .
La coherencia arquitectónica del IMO se halla precisamente en resolver con eficiencia las necesidades funcionales propias de la arquitectura de los nosocomios y por otra parte, a pesar de esa rigurosidad necesaria, liberar la forma y el espacio donde es posible hacerlo, como en los lugares flexibles de recepción, espera y administración. Esto se completa con la decisión de empotrar funciones que no necesitan iluminación natural; lo que ofrece la posibilidad de ocultar parte del edificio en el terreno y hacer que cuando salga lo haga naturalmente hacia la superficie como una planta “floreciente de la sierra”. Así, la arquitectura adaptándose a la naturaleza se vuelve orgánica de la manera como la definiera y ejecutara F. Ll. Wright en su época y más orgánica aún, como se construyeran muchos de los monasterios en la Grecia Bizantina.
Frente a la dificultad de crear un ingreso en este terreno frente a la Ronda de Dalt, Llinás se las ingenia para maniobrar con las dos escalas: la urbana y la edilicia. Propone una galería de acceso que recorre casi todo el frente del edificio. Su fachada es ese espacio de transición, lugar de encuentro, espacio permeable entre el edificio y la ciudad. Las aproximaciones peatonales al ingreso propiamente dicho se acomodan a los niveles de cada calle (Carrer del Gazie -frente a la Rond de Dalt-, Carrer Carles Riba y Carrer Josep María Lladó). Las diferencias de nivel quedan absorbidas por la dinámica de las rampas y escaleras en el interior de la galería trabajada a su vez como puente.
Las cubiertas se emparentan con las conformaciones geográficas del sitio. Podríamos decir que las pendientes topográficas al llegar al edificio se geometrizan arquitecturizándose. De este modo naturaleza y arquitectura dialogan cada una con su propio lenguaje llegando a plasmar entre ambas una unidad sin jerarquizaciones. Ni el edificio se monumentaliza, ni la naturaleza se desmedra. Es notorio ver la organicidad del proyecto surgir como un manantial de la geografía donde se implanta. Se trata de una adaptación sin agresión, de una implantación respetuosa, de una arquitectura digna de su nombre.
Finalmente podemos decir que con “la introducción de un cambio en la ordenación urbanística por parte del Ayuntamiento” ; reglamentación surgida en el proceso de proyectación contribuyó a que la idea ganadora del concurso se enriqueciera aún mucho más. Haciéndose más urbano por ser visualizado de manera directa desde la Ronda, sin negar su principio congénito de integrarse a la naturaleza respetando sus movimientos.
04./ Diálogos figuradamente quiméricos hechos realidad
“…En la maqueta del Centro de Cirugía Ocular, la arquitectura parece consistir sólo en saber apreciar y dejar en su sitio unas cuantas hojas que han caído por el suelo, traídas por el viento, unas medio sobre otras, formando un cobijo para los pequeños bichos que haya por ahí…”
X. Mestre y J. Quetglas, escriben un texto muy interesante sobre la obra de Llinás. El escrito se basa en una de las creaciones más notables de Cervantes: “El coloquio de los perros” (1613), donde la naturalidad de la vida con todas sus ironías y desajustes sobreviene narrada literariamente. Mestre y Quetglas encarnan “El diálogo entre Cipión y Berganza” discutiendo sobre la actitud proyectual de Llinás en relación a varios de sus edificios. Lo comparan con A. Siza respecto de alguna operación proyectual; hacen referencias futbolísticas en relación a su arquitectura. Por ejemplo, al comentar la implantación del IMO, la bodega en Mendivil y la biblioteca de la Plaza Lesseps, en este tema Cipión y Berganza acuerdan que “Llinás busca bajar la pelota a la hierba” . Ambos comparan a Llinás también con Jujol en el modo de aprovechar lo inservible, estableciendo relaciones morfológicas, otorgándole igual importancia a lo permanente y a lo efímero; a lo visible y a lo invisible haciendo que los espacios que proponen para el hombre sean amables; llegando con esa arquitectura a expresar la verdadera naturalidad del ser de ellos mismos a través de la frescura y la sencillez. Continuando la conversación, los perros de Mestre y Quetglas observan el IMO a la luz de Wright en el modo como el espacio horizontal del edificio se expande horizontalmente adaptándose al suelo acompañando al visitante en su ingreso semi-abierto y a la vez protegido. Y discuten a la luz de Coderch la inspiración de la cubierta, la cual más que hojas de árboles esparcidas por el suelo son más bien los recortes de pantallas de la lámpara “Disa”, caídas bajo la mesa . Igualmente, al estudiar a Llinás descubren en la discusión, que sus edificios son educados, dúctiles y generosos . Esta Idea puede ser asociada a lo que Paul Valéry plantea, por medio de Fedro, que hay edificios mudos, otros que hablan y los menos, aquellos que cantan . Dentro de estos últimos, podríamos considerar al IMO junto a otras obras de Llinás. El pensamiento del escritor francés en “Eupalinos o el arquitecto” a través del dialogo planteado entre Fedro y Sócrates, que no es sino el mismo Valéry oscilando, como Llinás, entre la voluntad de crear y el silencio; la belleza y lo perdurable; lo material pasajero y lo espiritual eterno. “Sospecha de Estiércol” encierra de algún modo en su esencia la eternización del conocimiento y la belleza a través de la continua transformación, transfiguración y metamorfosis de residuos orgánicos, los cuales por su fertilidad resultan ser, como la Casa Mañach para Llinás, inspiradores de nuevas obras. La relación de Llinás con la Casa Mañach, aún siendo ésta obra un recuerdo, una sombra de verdad vuelta humo, no deja de manifestar un diálogo con la esencia Jujoliana.
Cuando Fedro, el filósofo de la belleza material, se refiere a Eupalinos diciendo que llevaba encarnada la virtud misteriosa de las modulaciones imperceptibles, deseando que su obra conmoviera a los hombres como el objeto más amado les mueve y que entendía que en la ejecución no existían los detalles, -al igual que el trabajo de la naturaleza-, Sócrates, el filósofo de lo eterno, le responde que ya en el pensamiento se contempla el amor a su obra . En el IMO, como en toda su obra, Llinás entabla con Jujol, Coderch y Sota un diálogo de altas esferas. Pensemos por ejemplo en las finas plantas articuladas de Coderch donde toda su arquitectura se encuentra en ellas . En la reflexiva arquitectura de Sota deshacedora de nudos lingüísticos históricos con gesticulaciones de cordialidad y humor a la vez ; y en el desprejuicio formal de la creativa y heterodoxa obra de Jujol . Los tres, más que trabajar con sistemas constructivos o medios espectaculares se ocupaban de algo más profundo, los materiales mismos; tenían igualmente cada uno de ellos su manera particular de ver las cosas y una estrecha relación con la realidad; poseían un hondo respeto por la tradición como suma de conocimientos obtenidos por la experiencia; sus objetivos eran hacer obras gratas para los seres humanos más que edificios de exhibición icónica; la disidencia a proyectar y construir lo que se les pide en pos de hacer lo que debe hacerse. De esta manera Llinás, coincidentemente, como sus tres maestros, resulta ser más bien un virtuoso en el oficio de hacer arquitectura que en el “hacer de arquitecto”.
El IMO y casi todos los edificios del arquitecto catalán se encuentran o coinciden, respecto de su relación formal con los terrenos donde se implantan, en el espíritu de Tridón de Siponio, el constructor de buques quien entendía tanto de mares que sabía que una nave estaba hecha de su misma ola . Esta idea igualmente nos recuerda también a un pensamiento semejante de Adolf Loos cuando se refiere al conocimiento del maestro guarnicionero sobre las sillas de montar puesto de manifiesto en su diálogo con el profesor de las Artes Aplicadas de Viena, Josef Hoffman . El corolario de estos pensamientos es que la belleza formal arquitectónica para que sea genuinamente creativa ha de estar complementada por una clara y rigurosa funcionalidad, si no es sólo una atractiva escultura para ser vista.
05./ Anti-epílogo
“…Llinás comparte con Jujol un mismo concepto de artista, y este concepto se refleja, entre otras cosas, en el descaro y la frescura de quien no está pendiente de su propia notoriedad…”
En el IMO como en toda la obra de J. Llinás se verifica la idea de eficiencia en un tiempo indefinido. Los tiempos pasado, presente y futuro se conjugan en un solo punto. En otras palabras, no son estratigráficos como sucede con las ciudades que poseen sus distintos estratos temporales manifiestos en sus capas arquitectónicas y urbanas. El tiempo pasado, en el caso de Llinás está presente si observamos cómo Jujol, Coderch y Sota se conjugan en sus propias obras. El presente, al resolver cada vez, con la tecnología de su época, temas arquitectónicos propios de su tiempo. Y el Futuro, un modo de adelantarse a su tiempo, coincide con la opinión que el mismo Llinás vierte sobre la actitud arquitectónica de Sota a la hora de trabajar con elementos técnicos y constructivos, yendo más allá de lo que ya se conoce, ejecutando no de manera mecánica y repetitiva, sino con un pensamiento creativo . En lo formal sucede algo similar. Las arquitecturas hospitalarias se caracterizan por ser composiciones “duras” y hasta “rígidas” si se quiere. No obstante, Llinás se las arregla para hacer del IMO algo más que un centro quirúrgico. Allí donde el programa se lo permite elude las marcaciones rigurosas de lo estrictamente funcional para liberar su ingenio y concretar algo que Jujol celebraría. En el IMO se da un dialogo abierto entre lo racional de la mente y el sentimiento del corazón; entre trabajo eminentemente científico (consultorios y quirófanos) y la relativa distracción (sala de espera y espacios públicos). Funciones aparentemente contrarias se encuentran y dialogan como lo hace el edificio con su contexto físico. Lo riguroso funcional con lo flexible del estar esperando como un pasatiempo. Toda la franja de los espacios públicos de recepción aparece como un acontecimiento imprevisto en un edificio de arquitectura hospitalaria la cual requiere de principios predominantemente técnicos y una mecánica funcional difícil de variar formalmente. Llinás suele decir que “…Si la construcción son los días laborables, la arquitectura es la excepción celebrativa, endomingada que la envuelve o la viste…” . En base a esta idea podríamos afirmar que si la montaña de Collserola o la ciudad misma son los días laborables, el IMO es su celebración. Dándole sentido de habitabilidad arquitectónica a una pequeña parte de ese amplio medio natural; proporcional al día domingo en relación a la rutina semanal. Sólo ocupa veinticuatro horas de las ciento sesenta y ocho que tiene la semana completa. Al igual que Jujol, Llinás de esta manera le ofrece al contexto habitabilidad y tiempo, frescura y relax, expresividad y espontaneidad. Sería algo tan natural como lo que en otro contexto Mestre y Quetglas escriben cuando se refieren a la casa que Llinás le hace a sus padres, “Una conversación o el aplauso del italiano” .
Llinás se basa en elementos sencillos para resolver problemas importantes , habiendo entendido desde hace ya muchos años, a partir de una reflexión sobre los trece principios de “la arquitectura marxista” de Hannes Meyer , que la arquitectura avanza más allá de las leyes objetivas de la construcción y que el trabajo del arquitecto es además de la organización de la ciencia constructiva racional, la manipulación de códigos formales poéticos , actitud que sigue demostrando en cada obra suya hasta nuestro días como se puede verificar en uno de sus últimos proyectos, lejos de su tierra, en Bogotá .
Claudio Conenna
Tesalónica, Grecia, julio de 2021
Bibliografía
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X. Mestre - J. Quetglas, “Una conversación o el aplauso del italiano” en Josep Llinás la disolución de la imagen 2002-2005, p. 48
X. Mestre - J. Quetglas, “Una conversación o el aplauso del italiano” en Josep Llinás la disolución de la imagen 2002-2005, p. 54
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X. Mestre - J. Quetglas, Ib., p. 44-64
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Proyecto de Reforma, restauración y reforzamiento estructural del Instituto de Extensión e Investigación de la Facultad de Ingeniería en el Campus de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.
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