Vicente
Riva Palacio
Vicente
Riva Palacio y Guerrero nació en la ciudad de México el 16 de octubre
de 1832; fue hijo de don Mariano Riva Palacio, abogado liberal a quien
Maximiliano escogió como su defensor en Querétaro, y nieto por la línea
materna, del general Vicente Guerrero, su madre fue doña Dolores Guerrero.
Estudió en el Colegio de San Gregorio y se recibió de abogado en 1854.
Rehusó la cartera de Hacienda que le ofrecía el presidente Juárez. Fue
diputado en 1856 y 1861. Al año siguiente, cuando la guerra de intervención,
armó por su cuenta una guerrilla para unirse al general Zaragoza, tomó
parte en varias acciones militares. En 1863 fue nombrado gobernador del
Estado de México y se estableció en Zitácuaro, plaza que al fin conservó
contra el ataque de las fuerzas enemigas. En 1865 fue nombrado gobernador
del estado de Michoacán, y a la muerte del general Arteaga quedó como
general en jefe del Ejército del Centro. Terminada la campaña de Michoacán
entrega las tropas a su mando, y organiza una nueva brigada con la que,
después de sitiar y tomar la ciudad de Toluca, participa en el sitio de
Querétaro (1867).
A la caída del imperio de Maximiliano vuelve a la ciudad de México y renuncia
al mando de tropas y al gobierno de Michoacán. En 1874 publicó contra
el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada su famoso periódico satírico
El ahuizote; en 1884 es encarcelado en la prisión de Santiago por
atacar al gobierno del presidente Manuel González, allí escribió buena
parte del segundo volumen de "México a través de los siglos". Fue
Magistrado de la Suprema Corte de Justicia y secretario de Fomento. En
1886 es nombrado Ministro de México en Madrid, en donde fue muy apreciado
en los círculos oficiales y académicos. Murió en Madrid el 22 de noviembre
de 1896 y sus restos trasladados al país en el año de 1936.
Hombre de múltiples actividades y aptitudes, fue novelista, poeta, dramaturgo,
historiador, crítico, orador, periodista, escritor satírico. Como poeta
fueron famosos sus versos de combate que los liberales entonaban
como canto de guerra. Su libro de poemas, Flores del alma, fue
justamente celebrado. Los cuentos del general tal vez sea lo mejor de
su obra narrativa. Su espíritu mordaz y punzante bulle en las páginas
de El ahuizote y muy singularmente en su "galería de contemporáneos"
que publicó con el titulo de Los Ceros. Hábil narrador folletinesco
que inventó la imagen que tenemos de la colonia (Martín Garatuza, Los
piratas del Golfo), autor teatral, cronista de la violencia mexicana (El
libro rojo), historiador, (México a través de los siglos), prisionero
de Tlaltelolco, ministro de Fomento que trajo el teléfono, "remodeló el
paseo de la Reforma y desenterró a Palenque, representante de México en
España, célebre en las tertulias madrileñas, dignificador de la narración
breve como género artístico (Cuentos del general)... todo esto y más fue
el inagotable Riva Palacio.
Tan vasta es su diversidad que aun dentro de la poesía, género al que
consagra una parte mínima de su tiempo, presenta varias personalidades
distintas: el poeta popular que da a los chinacos "Adiós, mamá Carlota",
el canto de guerra con el que tomaron Querétaro en 1867, el nacionalista
que en colaboración con Juan de Dios Peza escribe Tradiciones y leyendas
mexicanas, el burlador literario que inventa una poetisa "Rosa
Espino" y le adjudica un libro entero (Flores del alma) y en
medio de todo, el lírico que otorga a nuestra poesía dos de sus mejores
sonetos: "Al viento" y "En el Escorial".
Fuente:
http://www.los-poetas.com/l/rivabio.htm
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