Augusto
Monterroso
Augusto Monterroso
Bonilla nació el 21 de diciembre de 1921 en Tegucigalpa. Hijo de la hondureña
Amelia Bonilla y del guatemalteco Vicente Monterroso, pasó su infancia
y juventud en Guatemala; después, en septiembre de 1944, llegó como exiliado
político a Ciudad de México, donde se estableció y donde desarrolló, prácticamente,
toda su excepcional vida literaria. En Los buscadores de oro, sus memorias,
habla con cariño de sus años infantiles entre Honduras y Guatemala, al
tiempo que reconoce dos hechos: el primero, haber elegido la nacionalidad
guatemalteca al hacer uso, simple y llanamente, de su libertad; el segundo,
sentirse plenamente centroamericano, con las múltiples connotaciones que
esto implica. Monterroso se crió y educó en el seno de una familia muy
liberal, en la que se leía y se frecuentaba a los intelectuales, artistas,
toreros y músicos de la época, no sólo centroamericanos, sino también
hispanoamericanos e incluso españoles.
De clara inclinación
autodidacta, confesó que ya a la edad de 11 años, motu proprio, abandonó
la escuela y se puso a leer y aprender diversas disciplinas, entre ellas
la música, primero con un profesor pagado por su padre; más tarde, por
su cuenta y riesgo. En 1936, la familia se instala definitivamente en
Ciudad de Guatemala; al año siguiente Monterroso se adentra en actividades
literarias y funda la Asociación de artistas y escritores jóvenes de Guatemala,
conocida como la «Generación del cuarenta». En 1941 publica sus primeros
cuentos en la revista Acento y en el periódico El Imparcial,
mientras trabaja clandestinamente contra la dictadura de Jorge Ubico.
En el exilio moviliza a la opinión pública en contra del dictador y tras
la caída de éste, funda con otros escritores el diario El Espectador.
Finalmente, es detenido ese mismo año por orden del general Federico Ponce
Vaides, por lo que pide asilo en la embajada de México. Durante su prolongada
estancia en este país mantiene una intensa actividad en torno a la Universidad
Nacional Autónoma de México, donde entabla amistad con los escritores
e intelectuales de este país.
En 1952 publica en México «El concierto» y «El eclipse», dos cuentos breves
que lo iniciarán en su quehacer como escritor. Posteriormente, al ser
nombrado cónsul de Guatemala en La Paz, se traslada a Bolivia, pero cuando
es derrocado Jacobo Arbenz con la ayuda de la intervención norteamericana,
renuncia a su cargo y viaja a Santiago de Chile donde publica en el diario
El Siglo el cuento «Míster Taylor», escrito en La Paz, en el que
ironiza sobre la intervención norteamericana en el país andino. En 1956
regresa definitivamente a la Ciudad de México donde ocupa diferentes cargos
relacionados con el mundo académico y editorial.
La publicación, en 1959, de Obras completas (y otros cuentos),
su primer libro, lo da a conocer internacionalmente sobre todo por el
relato «El dinosaurio», el más breve de la literatura hispanoamericana,
y que ha suscitado hasta el día de hoy numerosos elogios y alabanzas,
por la modestia y la humildad que caracterizaron la existencia del autor
guatemalteco. Después, en 1969, vendrá La oveja negra (y demás fábulas),
que lo catapulta al reconocimiento más amplio y definitivo. Ese mismo
año, se hace cargo del Taller de Cuento de la Dirección General de Difusión
Cultural de la UNAM, así como del Taller de Narrativa del Instituto Nacional
de Bellas Artes; ambos talleres desempeñaron un papel de capital importancia
en la formación de algunos de los más conocidos escritores mexicanos de
la actualidad; también, en lo personal, significaron un cambio importante
en la vida de Monterroso, ya que en octubre de 1970 participaba en uno
de los talleres Bárbara Jacobs, hoy reconocida escritora mexicana, que
se convertiría en su esposa en 1976.
En 1972 se publica Movimiento perpetuo, considerado por la crítica
mexicana como el mejor libro del año. Tras su publicación se suceden continuos
viajes tanto por el continente americano como por el europeo. En 1975
se le concede el Premio Javier Villaurrutia; en 1978, siguiendo con su
impulso de dejar tiempo suficiente entre publicación y publicación sale
a la luz la única novela del autor: Lo demás es silencio (La vida y
la obra de Eduardo Torres).
Mientras tanto, se
van sucediendo distintas ediciones de sus primeros libros, nuevas publicaciones,
como Viaje al centro de la fábula, entrevistas y conversaciones
con distintos escritores y críticos literarios, y el fantástico La
palabra mágica, diseñado para la editorial Era por Vicente Rojo, libro
que incluye ilustraciones y dibujos suyos. En La letra e. Fragmentos
de un diario, de 1987, Monterroso se desnuda en lo personal y en lo
profesional ante sus lectores, siempre cómplices.
En 1992, aparece Antología
del cuento triste, una recolección de bellos cuentos, llevada a cabo
junto a su esposa Bárbara Jacobs. Al año siguiente se publica Los buscadores
de oro, biografía que rompe los moldes de este género. La década de
los noventa le traerá más premios y distinciones honoríficas, como la
investidura de doctor honoris causa por la Universidad de San Carlos de
Guatemala, la Orden Miguel Ángel Asturias y el Quetzal de Jade Maya, de
la Asociación de Periodistas de Guatemala; y en México, el Premio de Literatura
Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.
En el año 2000 se le concede el Premio Príncipe de Asturias de las Letras
por su brillante carrera literaria. Viaja a España para participar como
invitado en las jornadas «Siete mil personajes en busca de autor» en 2001,
dentro de los Cursos de Verano que la Universidad Complutense organiza
en El Escorial; y, de nuevo, vuelve en el 2002 para recoger el Premio
Príncipe de Asturias de las Letras. Mientras, pese a sus problemas de
salud, trabaja sin descanso en la recopilación de los textos que saldrán
a la luz en agosto de 2002, en México, y que componen el libro Pájaros
de Hispanoamérica, un tributo de amistad y admiración a sus coetáneos
escritores. Hasta su muerte, acaecida en Ciudad de México en la noche
del 8 de febrero de 2003, estuvo trabajando en la segunda parte de sus
memorias, que comprenden desde los 16 hasta los 22 años de edad.
Fuente: http://cvc.cervantes.es/actcult/monterroso/biografia.htm
|